EL 11-M FRENTE A LA HISTORIA
Los pueblos también son responsables
por aquello que deciden ignorar.
MILAN KUNDERA
William
Faulkner escribió una vez que el pasado todavía está sucediendo.
Puede que esto ocurra siempre y en todas partes, pero en la España
de nuestros días es particularmente cierto desde el 11 de marzo de 2004. Aunque las imágenes de
los muertos y heridos despanchurrados entre la chatarra de los trenes
de cercanías de Madrid hayan sido vetadas en las pantallas de las
televisiones para que no perturben nuestras digestiones, en una
manifestación más de lo que resulta políticamente correcto. Las lamentaciones hipócritas, las condolencias cínicas de las instituciones y los comentarios desinformados o sectarios de periodistas o contertulios no pueden ocultar la terrible realidad de que tanto la investigación como el posterior juicio de la Casa de Campo formaron parte de componendas inconfesables y fueron cerrados en falso.
Al
cabo del tiempo transcurrido desde entonces, vivimos instalados en
una secuencia temporal de atentados atribuidos al terrorismo
islamista cometidos en suelo europeo en una cadena sangrienta de la
que aquel nefasto día de marzo de hace doce años es el primer eslabón. La principal
característica de todos ellos radica en que el conjunto de hechos
que lo constituyen sólo se entienden cuando se comprende su alcance
y su sentido. Pero entender también es, por esencia, valorar al
mismo tiempo. Una realidad histórica descansa empíricamente sobre
una multitud de hechos particulares compilados y seleccionados, pero
de ellos solos no resulta nada. Solo mediante su comprensión seremos
capaces de entender la dinámica que decide cuáles de sus efectos
perduran en el tiempo para convertirse en genuinamente significativos
para su conocimiento inteligente. La visión general a la que
entonces se accede comprende, al mismo tiempo, entendimiento y
valoración, supone estar prendidos, cogidos por ella, porque nos
atañe directamente, porque nos importa como historia nuestra, pero
no solo como pasado inmediato, del cual conocemos de qué manera se
ha producido, sino como pasado cuya capacidad potencial para seguir
actuando se repite y comienza una y otra vez de manera indefinida.
El
método de análisis científico, común a todas las ciencias y que
también los historiadores empleamos, está basado en el postulado de
racionalidad y se construye bajo la premisa del principio de
falsabilidad resaltado por Karl Popper (esto es, que todas las
hipótesis explicativas de la realidad a describir cambiarán en
función de los datos empíricos que vayan apareciendo durante el
proceso de investigación u observación) y el de complementariedad
circular descrito por Von Weizsäcker, por el que las partes que
componen la investigación, o sea, los hechos observados, se
vertebran entre sí de manera natural, sin forzamientos. La ciencia
de la Historia comparte la metodología científica del resto de las
ciencias, sin que le afecte el hecho de que sus verificaciones no
puedan ser reproducidas en el laboratorio de manera experimental.
Pero eso ya pasa, pongamos por caso, con una gran parte de la
Astrofísica o de la Física Cuántica, cuyas teorías no pueden ser
comprobadas más que por sus resultados a la hora de explicar, sin
contradicciones internas de consideración, determinados fenómenos
que sí son observables. La valoración en el campo de la
investigación histórica es tan fundamental como en el ejercicio de
la medicina. Con los mismos datos, determinados médicos pueden
llegar fácilmente a establecer diagnósticos fiables, mientras que
otros tardan más o, simplemente, se equivocan. Pero al "ojo
clínico" del buen especialista no se llega por iluminaciones, sino que es producto de un largo camino dedicado al estudio y al trabajo continuado realizado empleando la experiencia adquirida.
El físico David Bohm |
Según
el eminente físico David Bohm, la realidad clásica se ha centrado
en manifestaciones secundarias, en el aspecto desplegado de los
fenómenos y no en su fuente. Estas apariencias se abstraen de un
flujo intangible, invisible, que no se compone de partes. Se trata de
una interconexión inseparable: Se
podría considerar que la totalidad del universo se revela o se
expresa en sus acontecimientos individuales, pero la visión que hay
que alimentar para conocer la realidad es aquella que trata de
descubrir lo que está escondido y se niega a construir empalizadas
que lo oculten aún más: la totalidad que se manifiesta en su
manifestación desplegada, esto es, las vinculaciones e interdependencias con el orden implicado, que es
subyacente, pero que está presente en todas y cada una de sus
partes.
Si
colocamos unas limaduras de hiero sobre un tablero bajo el cual
colocamos un imán, las limaduras se agrupan en función a su campo
magnético, una fuerza que no vemos, pero que se manifiesta en en
movimiento de las limaduras para situarse de acuerdo con el orden
implicado en el campo magnético desplegado. Con las piezas que
componen el rompecabezas fabricado para ocultar la terrible realidad
que se oculta tras la masacre de Madrid y que constituyen el material
que ha servido para construir la "verdad oficial" recogida
en la sentencia del Juicio de la Casa de Campo ocurre exactamente lo
mismo: basta conocer el orden implicado que nos han ocultado para que
se revele con nitidez el perfil criminal de la inteligencia que
diseñó y realizó los atentados del 11-M. He dedicado muchas horas
de mi vida a investigar y a reflexionar sobre ello para llegar a
conclusiones que estén en consonancia con la naturaleza de su orden
implicado y que cabe deducir de las piezas del puzzle, porque todas
han sido desplegadas en función de un orden que trasciende cualquier
azar. Creo que la aproximación al mismo contenida en las doce
entradas que he dedicado al examen de las atentados de marzo de 2004
son más que suficientes para que quien se tome la molestia de
leerlos sea capaz de desvelar por su cuenta la inteligencia que se
oculta detrás de la sangre y de los hierros retorcidos de los
trenes que fueron explosionados en las estaciones madrileñas.
Dimitri Mendéleiev,
basándose en el peso atómico de cada elemento simple, estableció
la tabla periódica general de todos los elementos químicos, con tal
precisión que colocó huecos para colocar en ellos los elementos que
en su época todavía no habían sido descubiertos. Con todas las
partes de que se compone la versión oficial del 11-M cabe hacer lo
propio, de tal manera que del orden desplegado en ellas y por ellas
cabe deducir su orden implicado, es decir, a quien debemos apuntar
para despejar la identidad de la inteligencia autora de la masacre,
así como el por qué de su persistente ocultación.
Todas
estas consideraciones son pertinentes con referencia al 11-M como
elemento clave para la comprensión de nuestra realidad actual. Tan
es así que, sin el 11-M no resulta explicable nada de que lo viene
sucediendo en el mundo desde entonces, sobre todo en el incendiado
marco del Oriente Medio. La dinámica geoestratégica de violencia
bélica provocada en los países musulmanes cercanos al Mediterráneo,
de los que Iraq, Libia y Siria son sus mayores exponentes, viene
desarrollándose a una velocidad que produce escalofríos. Por estar
insertada en esta dinámica maquiavélica la comisión de los
atentados de Madrid, los cerebros que decidieron, planearon y
ejecutaron los atentados del 11-M sabían con total certeza que, como
la verdad en ningún caso podría ser revelada, tanto el Gobierno del
Partido Popular entonces en el poder como la oposición socialista,
se encargarían de dirigir la investigación oficial fabricando las
pruebas falsas que llevarían a la autoría islamista, que era lo
previsto. No obstante, en el hipotético y casi imposible caso de que
hubiese fallado este plan, o sea, que hubiera prevalecido la idea de
que fue ETA, el resultado habría sido semejante (de ahí que podamos
hablar de un “atentado reversible”), ya que ambas autorías
estaban destinadas al “consumo externo”, por así decirlo, lo que
se tradujo en el enfrentamiento partidista que arrastró a tantos
españoles de buena fe, un encono que todavía subsiste, provocando
una humareda venenosa que sigue afectando a todo lo que está en
relación con el mayor atentado terrorista cometido en Europa.
Está
claro que los hechos deben ser examinados porque son esenciales para
comprender. Pero debemos saber desde un principio que todos los
presuntos hechos relacionadas con los atentados del 11-M aparecen
sesgados desde su mismo origen para ocultar su orden implicado: en el
mejor de los casos, son discutibles o confusos y, en el peor,
absolutamente falsos. Estamos ante un maldito juego de ocultaciones
en el que, por unas u otras razones, todo el mundo hace trampas. Por
eso hay que guardarse de convertir los datos oficlamente aceptados en
fetiches: por sí solos no nos brindarán ninguna respuesta
definitiva a la fatigosa e imprescindible pregunta de qué es lo que
sucedió aquella fatídica mañana del jueves 11 de marzo de 2004.
Las tortugas se arrastran a ras del suelo y, por eso, casi carecen de
horizonte; sin embargo, las aves vuelan y ven las cosas desde arriba.
Actuemos, pues, como las aves. Que no nos pase como aquella hormiga
del cuento que cuando trepaba por la pata de un elefante, creyó que
subía por el tronco de un árbol; cuando marchaba sobre su lomo, lo
confundió con una inmensa llanura y, finalmente, cuando bajaba por
la trompa del paquidermo, concluyó que se encontraba en el cuerpo de
una enorme serpiente.
Fernando Múgica |
Como
declaró
Fernando Múgica, el periodista de investigación que antes que nadie se acercó al terrible fondo del 11-M hasta el extremo de poner en riesgo su vida, declaró en VeoTV durante un programa emitido en marzo de hace siete años: "Yo
siempre pensé: “el que ideó los atentados ideó la trama de
enmascaramiento posterior”. Ahora no lo creo en absoluto. Yo creo
que una cosa son los atentados y otra cosa es toda la versión
oficial y la trama de enmascaramiento. Yo no creo que ningún
policía, ni ningún miembro del CNI, ni ningún político, ni del
partido socialista ni del PP, esté implicado en los atentados. No lo
creo, con toda sinceridad. Lo que sí creo, lo sé y lo afirmo es que
existe una trama de enmascaramiento para llegar a una versión
oficial de los hechos basados en pruebas que no son reales. Eso estoy
absolutamente convencido. Lo que no quiere decir que esta gente tenga
nada que ver con los atentados, insisto."
La desasosegante realidad que describe Múgica es tan surrealista como el conocido diálogo de los hermanos Marx:
̶ Oye, en la casa de al lado hay un tesoro.
̶ Pero si al lado no hay ninguna casa...
̶ Está bien, ¡construiremos una...!
Y es que una de las características más relevantes de la inteligencia criminal que realizó los atentados
de Madrid está en que sabía con total certeza que ninguna instancia pública o privada se atrevería a señalar su autoría, ni siquiera a título de sospecha, ya que lo contrarío pondría en peligro la estabilidad misma del Estado, por lo que tanto el gobierno del Partido Popular como la oposición en su conjunto, encabezada por el Partido Socialista, colaborarían en aportar los elementos necesarios para construir la versión oficial de los atentados, cómplices desde entonces en la gran falsificación que viene infectando cualesquiera de los aspectos relacionados con los atentados
del 11 de marzo de 2011 y, por tal causa, pudriendo las raíces mismas sobre las que se asienta el Estado, al margen del partido que en cada momento esté al frente de su dirección.
© Copyright José Baena Reigal
Permitida la reproducción citando su procedencia.
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ENTRADAS
SOBRE EL 11-M EN ESTE BLOG
CARTA
A UN AMIGO ACERCA DE LOS ATENTADOS DEL 11-M
11-
M: EL HUMO NEGRO ASTURIANO
(15
de Marzo de 2013)
11-M:
SAGA-FUGA DEL MAYOR ATENTADO DE NUESTRA HISTORIA
(25
de Abril de 2013)
EL
11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA. 1. El Gran Hermano
(8
de noviembre de 2013)
EL
11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA. 2. Trama Gladio: la mano negra
de la OTAN
(11
de noviembre de 2013)
EL
11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA. 3. Red internacional de
mentiras
(28
de noviembre de 2013)
EL
11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA. 4. La gran trampa: un atentado
con freno y marcha atrás
(11
de diciembre de 2013)
EL
11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA. 5. La autoría reversible
(15
de diciembre de 2013)
EL
11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA. 6. A la sombra de las Torres
Gemelas
(11
de enero de 2014)
11-M:
La semilla del Diablo
(11
de marzo de 2014)
11-M:
UNA RESPUESTA NECESARIA
(14
de marzo de 2014)
11-M:
ACERCA DEL MALDITO ASUNTO DE LA AUTORÍA
(10
de marzo de 2015)
Post-scríptum:
El pasado 22 de mayo, a los dos meses y once días de la publicación de mi artículo, apareció en “El Español” una magnífica síntesis acerca de la investigación realizada hasta la fecha de los atentados en los trenes de cercanías de Madrid. Dado su interés, he considerado oportuno reproducir su enlace para información de todos los interesados en conocer cómo se fabricó “la verdad oficial” de aquella horrible masacre, que, contra toda razón, sigue siendo adjudicado al terrorismo islamista, en connivencia con la mayoría de los medios de comunicación españoles:
La enorme patraña del 11-M
Post-scríptum:
El pasado 22 de mayo, a los dos meses y once días de la publicación de mi artículo, apareció en “El Español” una magnífica síntesis acerca de la investigación realizada hasta la fecha de los atentados en los trenes de cercanías de Madrid. Dado su interés, he considerado oportuno reproducir su enlace para información de todos los interesados en conocer cómo se fabricó “la verdad oficial” de aquella horrible masacre, que, contra toda razón, sigue siendo adjudicado al terrorismo islamista, en connivencia con la mayoría de los medios de comunicación españoles:
La enorme patraña del 11-M