De Kika Bold
fecha: 29 de abril de 2012 14:50
Hay días así, grises, con una lluvia que no se cansa de caer sobre las cosas, persistiendo -a ratos con más fuerza o voluntad- en mojarlas. Y cuando las nubes ocultan el sol y apagan su luz, los colores ganan en vigor pero, extrañamente, todo parece perder vida. Vivo en el silencio durante horas, y todo sonido destaca sobre ese fondo callado, sonido de lluvia blanda. Ayer paseé junto al mar, el viento que venía de poniente levantaba espuma sobre las olas. Las olas corrían unas tras las otras en un movimiento incesante y su sonido era un fragor de mar de fondo revuelto y airado. En el cielo unas nubes eran muy negras, otras se deshilachaban en un gris blanquecino. Sobre el horizonte gris, denso, de plomo, volaban gaviotas, más blancas que nunca. Siempre camino rápido, como si huyera o quizá como si tuviese prisa por llegar a alguna parte. Pero no es así, simplemente me gusta caminar, sentir mi cuerpo en movimiento y no me preocupo de qué pienso mientras ando...
fecha: 29 de abril de 2012 14:50
asunto: gris
destinatario: no revelados
Via de Santa Sabina, en el Aventino romano |
Pórtico de la Basílica de Santa Sabina |
Nave principal de Santa Sabina |
Plaza de Santa Sabina |
Fuente en la Plaza de Santa Sabina |
Roma desde el Aventino en una mañana lluviosa |
Hay días así, grises, con una lluvia que no se cansa de caer sobre las cosas, persistiendo -a ratos con más fuerza o voluntad- en mojarlas. Y cuando las nubes ocultan el sol y apagan su luz, los colores ganan en vigor pero, extrañamente, todo parece perder vida. Vivo en el silencio durante horas, y todo sonido destaca sobre ese fondo callado, sonido de lluvia blanda. Ayer paseé junto al mar, el viento que venía de poniente levantaba espuma sobre las olas. Las olas corrían unas tras las otras en un movimiento incesante y su sonido era un fragor de mar de fondo revuelto y airado. En el cielo unas nubes eran muy negras, otras se deshilachaban en un gris blanquecino. Sobre el horizonte gris, denso, de plomo, volaban gaviotas, más blancas que nunca. Siempre camino rápido, como si huyera o quizá como si tuviese prisa por llegar a alguna parte. Pero no es así, simplemente me gusta caminar, sentir mi cuerpo en movimiento y no me preocupo de qué pienso mientras ando...
Caminante, no hay caminos... |
...sino estelas en la mar. |
Rebalaje al atardecer |
Anochecer en la playa de Elviria, Marbella |
Amanece, que no es poco... |
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