RABINO
HENRY SIEGMAN,
CONCIENCIA MORAL DEL JUDAÍSMO
¿En
dónde están los viles que excitaron
a
esta feroz refriega?
Shakespeare, Romeo y Julieta
El término “conciencia” tiene en español por lo memos dos sentidos: 1º) Percatación o reconocimiento de algo, tanto que sea exterior al sujeto, como un objeto, una cualidad, una situación, etc., como que se trate de algo interior, como las modificaciones experimentadas por el propio yo, y 2º) Conocimiento o distinción acerca del bien y del mal, que, para especificar, podemos conceptuar por medio de la expresión “conciencia moral”.
La conciencia moral es algo que se tiene la posibilidad de poseer siempre, ya sea que se conciba como una cualidad innata del ser humano, como que se le considere un don adquirido gracias a la educación que suscite para ello una sensibilidad individual o colectiva adecuada, en virtud de ciertos principios sociales o de determinados procesos naturales, lo que parece indicar que puede desaparecer tan pronto como tales principios dejen de tener vigencia, como de hecho ocurre en los regímenes o situaciones en los que la propaganda interesada ocupa el lugar de la información e impregna con su sectarismo los procesos educacionales de las personas.
Teniendo
en cuenta que el rabino Henry Siegman es, desde hace años, uno de
los líderes más importantes de la comunidad judía estadounidense y
lo mucho que representa el ejemplar magisterio moral que viene
ejerciendo dentro del judaísmo mundial, su análisis sobre el
conflicto palestino-israelí resulta clave para entender las raíces
más profundas de un enfrentamiento que lleva demasiado tiempo
ensangrentando esa franja de tierra que, paradójicamente, conocemos
como “Tierra Santa”.
Rabino Henry Sigeman |
Llegados
al momento presente en el que no cabe mirar hacia otra parte al ver
los millares de muertos inocentes, cuya única culpa es la de haber
nacido y vivido encerrados en esa ratonera infame (“área-prisión”,
la llama el Dr. Siegman), que es la franja de Gaza, así como la
inmensa devastación minuciosamente programada y decidida por el
gobierno de Benjamín Nethanyahu, la autorizada voz del rabino
Siegman significa mucho más que un testimonio personal, por valioso
que sea, y hasta me atrevo a decir que encuentra paralelismo en los
profetas bíblicos que alzaron su voz cuando vieron que Israel se
desviaba del camino recto de la justicia, que debería ser también
la aspiración de todos los seres humanos siempre y en todos los
tiempos, por el simple imperativo moral de estar dotados de razón,
ese milagro infinito que nos diferencia de los animales, aunque no
sea así con tan peligrosa contumacia. Y es que en los muertos y
heridos o entre los escombros de Gaza no es posible encontrar una
sola lección positiva aprendida, mientras se siguen acumulando las
negativas.
Así, vuelve a quedar de manifiesto que expresiones como “masacre”, “totalmente inaceptable” o “ultraje moral y acto criminal” —cuando se hace referencia al asesinato de civiles gazatíes, incluyendo los refugiados en instalaciones de UNRWA— no son más que palabras vacías. También vuelve a quedar constancia de la inaudible voz de la Liga Árabe, en un ejemplo más de la falsedad del mantra del apoyo a la causa palestina. Lo mismo cabe decir del inquietante desplazamiento hacia posiciones de extrema derecha del electorado israelí, que no parece percibir el abismo moral en el que lo se están hundiendo sus gobernantes. Por si todavía era necesario confirmarlo, tanto la Unión Europea como el presidente palestino quedan nuevamente retratados como invitados de piedra a un drama que no tiene visos de cesar. ¿Un panorama muy pesimista? No, lo pesimista (a falta de un concepto aún más sombrío) es lo que viven quienes están sometidos desde hace décadas a la barbarie de los que creen que con las armas lograrán imponer su dictado.
Ataque aéreo en Rafah, al Sur de la Franja de Gaza |
Entierro de víctimas producidas por los ataques israelíes |
Así, vuelve a quedar de manifiesto que expresiones como “masacre”, “totalmente inaceptable” o “ultraje moral y acto criminal” —cuando se hace referencia al asesinato de civiles gazatíes, incluyendo los refugiados en instalaciones de UNRWA— no son más que palabras vacías. También vuelve a quedar constancia de la inaudible voz de la Liga Árabe, en un ejemplo más de la falsedad del mantra del apoyo a la causa palestina. Lo mismo cabe decir del inquietante desplazamiento hacia posiciones de extrema derecha del electorado israelí, que no parece percibir el abismo moral en el que lo se están hundiendo sus gobernantes. Por si todavía era necesario confirmarlo, tanto la Unión Europea como el presidente palestino quedan nuevamente retratados como invitados de piedra a un drama que no tiene visos de cesar. ¿Un panorama muy pesimista? No, lo pesimista (a falta de un concepto aún más sombrío) es lo que viven quienes están sometidos desde hace décadas a la barbarie de los que creen que con las armas lograrán imponer su dictado.
La amplísima experiencia vital del doctor Siegman abarca desde la creación misma del Estado de Israel hasta el actual ataque a Gaza por parte del ejército israelí. Desde 1978 hasta 1994, Siegman fue director ejecutivo del Congreso Judío Estadounidense, ampliamente reconocido como una de las tres grandes organizaciones judías de EE.UU., junto con el Comité Judío Estadounidense y la Liga Anti Difamatoria. Nacido en Alemania tres años antes de que los nazis llegaran al poder en 1933, la familia de Siegman se trasladó finalmente a Estados Unidos. Su padre fue uno de los líderes del movimiento sionista europeo que impulsó la creación de un Estado judío en las tierras palestinas. En Nueva York, Siegman estudió religión y fue ordenado como rabino ortodoxo por la Yeshiva Torah Vodaas, convirtiéndose luego en titular del Consejo de Sinagogas de EE.UU. Después de ser miembro del Congreso Judío Estadounidense, Siegman ha sido miembro del Consejo de Relaciones Exteriores. Actualmente desempeña el cargo de presidente del “Proyecto Medio Oriente – EE.UU”.
Me
reconforta comprobar que la conciencia crítica judía sigue viva, a
diferencia de la musulmana, que no la veo aparecer por ninguna parte.
El impagable debate, que transcribiré íntegro, en el que participa
el rabino Siegman, es un documento sumamente valioso para entender
hasta el fondo el conflicto palestino-israelí y por dónde podría
venir la única salida que pusiera fin a casi siete décadas de un
enfrentamiento tan sanguinario. Después de mi entrada anterior ”Israel
y Palestina: un horror que no cesa”,
en la que me cupo el honor de reproducir los artículos de Alejandro
Martín Navarro, Mario Vargas Llosa y Shlomo Ben Ami sobre el
conflicto, la perspectiva histórica, así como la hondura
intelectual y moral del rabino Henry Siegman sirven para completar
una visión de este espinoso problema no sectaria ni descalificadora,
porque, como ha dejado escrito otra voz israelí a favor de la paz,
Amos Oz, cuyo nombre está entre los más importantes intelectuales y
escritores israelíes contemporáneos, “no hay que elegir entre
estar a favor de Israel o de Palestina, hay que estar a favor de la
paz”. El problema, como lo plantea Amos Oz, reside en que ambas
reivindicaciones, la judía y la palestina son legítimas, por lo que
no queda otra vía que llegar a un acuerdo, término que para ciertos
sectores radicales, tanto israelíes como palestinos, significa
concesión, renuncia o traición.
La entrevista al rabino Siegman fue emitida el 30 del pasado mes de julio en Democracy Now!, programa independiente de difusión diaria en Estados Unidos y en el resto del mundo, premiado en numerosas ocasiones, producido o en Nueva York y transmitido a través de más de 900 emisoras de radio y televisión de todo el planeta, presentado por los periodistas Amy Goodman y Juan González. En la entrevista que sigue, el Dr. Siegeman analiza desde su abarcadora perspectiva el ataque a Gaza, los mitos en torno a la fundación del Estado de Israel en 1948, sus propios antecedentes como judío alemán que huyó de la ocupación nazi, sus vivencias de refugiado, así como su actual participación crítica como destacada voz judía estadounidense con las políticas llevadas a cabo por los gobiernos de Israel en los Territorios Ocupados de Palestina.
En
la primera parte de la entrevista, Siegman analiza el ataque a Gaza,
los mitos en torno a la fundación del Estado de Israel en 1948 y sus
propios antecedentes como refugiado judío alemán que huyó de la
ocupación nazi, su posterior participación como una destacada voz
judía estadounidense y, en estos momentos, como un abierto crítico
de las políticas de Israel en los Territorios Ocupados.
TRANSCRIPCIÓN
DE LA ENTREVISTA
AMY
GOODMAN: En los últimos años, Henry Siegman se ha convertido en un
crítico de las políticas de Israel en los Territorios Ocupados y ha
exigido que Israel se comprometa con Hamas. Ha dicho que la lucha
palestina es, y cito, "el espejo del movimiento sionista"
que llevó a la fundación de Israel en 1948. Recientemente escribió
en un artículo para "Político" que "Israel provocó esta guerra."
Nermeen Shaikh y yo nos sentamos con él este martes. Comencé
preguntándole a Henry Siegman si podría categorizar la situación
en Gaza en ese momento.
RABINO HENRY SIEGMAN: Sí, es desastrosa. Es desastrosa, tanto en términos políticos, lo que quiere decir que esta situación no puede, en el corto plazo, traer algún tipo de resultado positivo, no puede mejorar la vida de los israelís o de los palestinos, y por supuesto, es desastrosa la situación en términos humanitarios, por el tipo de masacre que está ocurriendo. Si uno llegara a pensar que esto es lo que necesita Israel para sobrevivir, que el sueño sionista está basado en este tipo de masacres de, de masacres repetitivas contra inocentes en la escala en que estamos viendo estos días en la televisión, esto supone realmente una crisis profunda, y debería ser considerada una crisis profunda en las opiniones de todos nosotros los que estuvimos comprometidos con el establecimiento de este Estado y su éxito. Esto lo conduce a uno a replantear este fenómeno histórico.
RABINO HENRY SIEGMAN: Sí, es desastrosa. Es desastrosa, tanto en términos políticos, lo que quiere decir que esta situación no puede, en el corto plazo, traer algún tipo de resultado positivo, no puede mejorar la vida de los israelís o de los palestinos, y por supuesto, es desastrosa la situación en términos humanitarios, por el tipo de masacre que está ocurriendo. Si uno llegara a pensar que esto es lo que necesita Israel para sobrevivir, que el sueño sionista está basado en este tipo de masacres de, de masacres repetitivas contra inocentes en la escala en que estamos viendo estos días en la televisión, esto supone realmente una crisis profunda, y debería ser considerada una crisis profunda en las opiniones de todos nosotros los que estuvimos comprometidos con el establecimiento de este Estado y su éxito. Esto lo conduce a uno a replantear este fenómeno histórico.
Soldados isrelíes contemplan Jerusalén antes de tomar la ciudad en 1967 durante la Guerra de los Seis Días |
Ante el Muro Occidental, recién conquistado |
NERMEEN
SHAIKH:
¿Qué cree usted, Sr. Siegman?, ¿cuáles cree usted que son los
objetivos de Israel en el actual ataque contra Gaza?
RABINO HENRY SIEGMAN: Bueno, tienen varios objetivos, aunque no estoy seguro de que cada uno de ellos sea específicamente responsable de la carnicería que estamos viendo ahora. Tienen uno que, en la superficie, parece ser un objetivo justo: poner fin a los ataques, a los cohetes que se disparan desde Gaza y que están apuntados hacia..., bueno, es difícil decir que están dirigidos a la población civil, porque nunca aterrizan en lugares en los que puedan causar mucho daño, pero podrían y lo harían, si no fuera así, por suerte. Así que, dado esto último, Israel tiene derecho a hacer lo que está haciendo ahora, y, por supuesto, el presidente de Estados Unidos ha afirmado varias veces, que ningún país acordaría vivir bajo ese tipo de amenazas repetitivas. Pero lo que él no añade, y lo que pervierte este principio, lo que tumba a este principio, es que ningún país y ningún pueblo debería vivir como han sido obligados a vivir los habitantes de Gaza. En consecuencia, esta ecuación moral, que pone a Israel como una víctima que debe actuar para prevenir que esta situación se mantenga así, y los palestinos en Gaza, o Hamas, la organización responsable de Gaza, que son los atacantes, nuestros medios rara vez aclaran que estas personas también tienen derecho a vivir una vida decente, normal. Y también ellos, deben preguntarse: "Qué podemos hacer para ponerle fin a esto?" Por esto es que, en el artículo de "Politico" que mencionaron, dije que la cuestión de la moralidad de las acciones de Israel depende, primero, de la pregunta: ¿No podría Israel haber hecho algo que hubiera prevenido que se diera este desastre, en términos de destrucción de vidas humanas? ¿No podían haber hecho algo que no requiriera ese costo? Y la respuesta es: Por supuesto, podrían haber puesto fin a la ocupación sean cuales fueren los riesgos, porque ciertamente no serían más altos que el precio que se está pagando ahora por el esfuerzo de Israel en continuar y mantener la relación que tiene con los palestinos.
AMY
GOODMAN:
Cuando usted dice que Israel podría acabar con la violencia
poniendo fin a la ocupación, Israel dice que no ocupa Gaza, que se
fue hace años. Quiero mostrar un clip de MSNBC al respecto. Fue la
semana pasada, y la anfitriona, Joy Reid, entrevistaba al vocero de
Israel, Mark Regev, quien dijo lo siguiente: “Escuche, si me
permite, quiero discrepar frente a algo importante que usted dijo.
Usted dijo que Israel es la autoridad que está ocupando. Se olvida
de que Israel se retiró de la Franja de Gaza. Que destruimos todos
los asentamientos de unos colonos que no querían irse, pero que les
los obligamos a irse. Retrocedimos hasta donde era la frontera
internacional de 1967. No hay ocupación israelí de la Franja de
Gaza. No hemos estado allí desde hace unos ocho años”. Sr.
Siegman, ¿puede responder a esto?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
OK, sí. Eso, por supuesto, no tiene ningún sentido, y por varias
razones. Ante todo, Gaza está controlada por completo, al igual que
Cisjordania, porque está completamente rodeada por Israel. Israel no
podría imponer el tipo de ahogo que impone contra Gaza si no la
estuviera rodeando, si su ejército no estuviera rodeando a Gaza, y
no solo el territorio, sino el aire, el mar. Nadie allá puede hacer
un movimiento sin encontrarse con el ejército de Israel (IDF), ya
sabe, fuera de esa área-prisión que en la que viven los habitantes
de Gaza. Por lo tanto, no hay una sola persona que yo me haya
encontrado, que sepa de derecho internacional, que me haya sugerido
que de acuerdo a la ley internacional Gaza no sea un territorio
ocupado. Entonces, eso son tonterías.
Pero
hay otro punto que se genera por la pregunta que se me hizo, y este
es sobre la maquinaria de propaganda y esos voceros oficiales que siempre
van a decir: "Miren qué tipo de personas son ellos. Nosotros
les devolvimos Gaza, y uno podría haber creído que invertirían sus energías en trabajar por esa área, para
convertirla en un modelo de gobierno y en una economía modelo. Pero
en cambio están construyendo cohetes". Lo que esto implica es
que ellos, en efecto, les ofrecieron a los palestinos un mini-estado,
y estos no lo aprovecharon, así que el problema no es el Estado
Palestino. Eso es lo que se propone en ese tipo de crítica. Yo
siempre me he preguntado, y esto tiene mucho que ver con cómo han
cambiado mis opiniones sobre las políticas de los gobiernos, no se
trata del Estado judío en tanto Estado judío, sino de las políticas
que defiende el Gobierno de Israel apoyado por el pueblo –usted
lo sabe, dicen que Israel es el modelo democrático de Medio Oriente
y que así debe aceptarse–, así que el pueblo tiene que asumir
parte de la responsabilidad de lo que hace el Gobierno, porque el
pueblo es quien pone a los gobiernos.
Por lo tanto, la pregunta que me hago es: ¿Y si la situación fuera al revés? Ya sabe, hay un dicho talmúdico en Pirkei Avot, en "La ética de los padres": "Al tadin et chavercha ad shetagiah lemekomo" ("no juzgues a tu prójimo hasta que puedas imaginarte en su mismo lugar"). Por lo tanto, mi primera pregunta cuando pienso en cualquier tema relacionado al problema israelí-palestino: ¿Y si estuviéramos en su lugar? ¿Y si la situación fuera al revés y la población judía estuviera encerrada, si se les hubiera dicho "aquí, tienen menos del dos por ciento de Palestina, así que compórtense. No más resistencia. Y déjennos lidiar con el resto"? ¿Existe algún judío razonable que hubiera considerado razonable esa proposición, que cesáramos nuestra resistencia, que abandonásemos nuestro esfuerzo por establecer un Estado judío, al menos en una mitad de Palestina, y que esté autorizado por la ONU? Nadie estaría de acuerdo con eso: dirían que es absurdo. Así que las expectativas de que los palestinos (hablo ahora acerca de la resistencia como un concepto, no de si los cohetes están justificados o no, que no lo están, porque creo que enviar cohetes para matar civiles es un crimen), pongan fin a su lucha y que se conforme con menos del dos por ciento de la tierra para construir un país es absurdo. Eso es parte, forma parte de la propaganda, pero no es una discusión sobre política o moralidad.
Mapa de Israel y de los Territorios Palestinos Ocupados |
NERMEEN
SHAIKH:
Una de las cosas que se repiten más a menudo es que el problema del
Gobierno de Unidad Palestino es, por supuesto, que Hamas hace parte
de éste, y Hamas es considerada una organización terrorista por
Israel y por Estados Unidos. Me gustaría leer una breve cita de un
artículo que usted escribió en 2009 en "The London Review of Books". Usted dijo: "Hamas no es más 'organización terrorista'... de
lo que fue el movimiento sionista durante su lucha por una patria
judía. A finales de los años 1930 y 1940, los partidos dentro del
movimiento sionista recurrieron a actividades terroristas por razones
estratégicas". ¿Podría elaborar más sobre los paralelos que
usted ve entre las dos organizaciones?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Bueno, me alegra haber dicho eso. De hecho, lo volví a decir en una
carta al New York Times el otro día, hace una o dos semanas. El
hecho es que Israel tenía, en su etapa pre-estatal, varios grupos
terroristas que hacían exactamente lo que hace Hamas ahora. No
porque hayan enviado cohetes, pero si porque mataron a gente inocente. Y lo
hicieron de una forma más directa a como lo hacen los cohetes. Benny
Morris publicó un libro que se considera la Biblia sobre ese
periodo, la guerra de...
AMY
GOODMAN:
El historiador israelí.
RABINO
HENRY SIEGMAN:
¿Perdón?
RABINO
HENRY SIEGMAN: Exacto, el historiador israelí en su libro "Las víctimas
justas" ("Righteous Victims") en el que dijo –me
acuerdo que cuando lo leí entré en shock– , y me refiero a su edición más reciente, que estaba basada en
nueva información de las Fuerzas de Defensa de Israel (el IDF), que finalmente dijo que los generales de Israel recibieron de Ben Gurión durante la Guerra de la Independencia ordenes de matar a civiles, alinearlos contra la pared y dispararles, para incentivar
el éxodo, algo que dio lugar a que 700.000 palestinos fueran expulsados –dejaron sus casas, sus ciudades y sus pueblos
fueron destruidos. Eso fue terrorismo, incluso no solo de los grupos
terroristas, de los terroristas pre-estatales, sino desde dentro de
los militares del ejército de Israel que pelearon en la Guerra de
la Independencia. Y en este libro reciente, que ha recibido mucha
atención pública por Ari, ¿sabe?, "Mi Tierra Prometida"
("My Promised Land").
AMY
GOODMAN:
Shavit.
RABINO
HENRY SIEGMAN: Sí, Ari Shavit. Él describe varios incidentes de este tipo, también. Y
por cierto, una de las personas que, de acuerdo con Benny Morris,
recibió estas órdenes –y eran órdenes orales, pero él, en su
libro, describe por qué cree que le dieron estas órdenes, y no se
le dieron a nadie más que a Rabin, que no era general entonces, pero
él– y que Rabin ejecutó esas órdenes.
El historiador israelí Ari Shavit |
AMY
GOODMAN:
¿Qué quiere decir?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
¿Qué que quiero decir?
AMY
GOODMAN:
¿Qué significó que Rabin ejecutara esas órdenes?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Que él asesinó a civiles. Y la razón dada para esto, cuando
Shavit, hace algunos años, estuvo en una entrevista con Benny
Morris, y le dijo: "Dios mío, ¿está usted diciendo que hubo
una limpieza étnica acá?" Y Morris dijo: "Sí, la hubo".
Y él dice: "¿Y usted la justifica?" Y él dijo: "Sí,
porque de lo contrario no hubiéramos logrado ser un Estado". Y
Shavit no siguió. Y ese fue uno de los momentos cruciales para mí,
cuando vi eso. No quiso seguir y dijo: "Bueno, si eso justifica
la lucha por un Estado, ¿por qué no pueden los palestinos hacer lo
mismo? ¿Qué tiene de malo Hamas? ¿Por qué los demonizamos si
hacen lo que nosotros hicimos?".
Isaac Rabin, Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Israel. Foto tomada en 1967 durante la campaña del Sinaí |
AMY
GOODMAN:
Quiero que volvamos a Israel al comienzo de este mes, cuando Benjamin Netanyahu prometió castigar a los responsables de
la muerte de Mohammed Abu Khdeir, el adolescente palestino que fue
quemado vivo tras el asesinato de tres adolescentes israelíes. Al hacerlo, Netanyahu hizo una distinción entre Israel y sus vecinos acerca de cómo lidiar con "asesinos". Dijo entonces Netanyahu: “Sé que en nuestra sociedad, en la sociedad de Israel,
no hay lugar para esos asesinatos. Y esa es la diferencia entre
nosotros y nuestros vecinos. Ellos consideran héroes a los asesinos.
Nombran plazas públicas con su nombre. Nosotros no. Nosotros los
condenamos, los llevamos a juicio y los metemos en la cárcel”. Eso
fue lo que Netanyahu dijo a propósito de la diferencia, ¿puede
responder a esto?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Bueno, la única diferencia que se me ocurre es que en Israel
nombraron primeros ministros a los líderes de los dos grupos terroristas. Así que esa distinción que hace es falsa;
no es verdad. Los líderes de los dos grupos terroristas que, volviendo a Benny Morris y su libro "Victimas Justas", él refiere que en ese momento
pre-estatal los ataques contra civiles se iniciaron desde los
grupos terroristas tanto judíos como árabes: luego los
hicieron también.
AMY
GOODMAN:
Está hablando del Irgun y de la banda Stern.
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Sí, sí. Y como sabe, el líder del Irgun y el líder de la banda
Stern –estoy hablando de Begin y de Shamir– se convirtieron en
primeros ministros del Estado de Israel. Y contrario a lo que dice
Netanyahu, hay avenidas y calles que han sido bautizadas con el
nombre de ellos.
Emblema del Irgún, grupo terrorista israelí |
AMY
GOODMAN: Continuaremos nuestra conversación con él en un minuto.
[Pausa]
Ficha de la policía británica de Menajem Beguin, por el delito de terrorismo |
Menajem Beguin como primer ministro de Israel |
Menajen Beguin con su esposa y el matrimonio Reagan en la Casa Blanca, en febrero de 1981 |
Parte 2ª de la entrevista: pinchar aquí.
AMY
GOODMAN:
Seguimos con el rabino Henry Siegman, a quien entrevisté el martes
junto con Nermeen Shaikh.
NERMEEN
SHAIKH:
Henry Siegman, me gustaría hablar de Khaled
Meshaal, el líder de
Hamas, que habló con Charlie Rose en PBS. Él dijo que Hamas estaba
dispuesto a convivir con judíos, pero dijo que no iba a vivir, y
cito, "con un estado de ocupantes".
(Khaled
Meshaal:
[Traducido] Estoy dispuesto a convivir con los judíos, con los
cristianos, y con los árabes y no árabes, y con los que están de
acuerdo con mis ideas y contra ellas. Sin embargo, yo no convivo con
ocupantes, con los colonos y los que nos encierran.
Charlie
Rose:
Una cosa es decir que desea convivir con los judíos. Y es otra cosa
decir que quiere convivir con el estado de Israel. ¿Quiere coexistir
con el Estado de Israel? Quiere representar..., ¿quiere reconocer a
Israel como Estado judío?
Khaled
HALED MESHAAL:
[Traducido] No. Dije que yo no quiero vivir con un estado de
ocupantes).
Nermeen Shaikh |
Luego
del paréntesis, prosigue la entrevista:
NERMEEN
SHAIKH:
Ese fue Khaled Meshaal, líder de Hamas, hablando con Charlie Rose.
Henry Siegman, ¿podría responder a eso? ¿Y en concreto a la
reclamación hecha por los israelíes en varias ocasiones de que no
pueden negociar con una organización política que niega el derecho
del Estado de Israel a existir en su forma actual?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Sí. Sucede que, de acuerdo a las costumbres y al derecho
internacional, para los partidos políticos, como Hamas, no es
requisito o siguiera exigido que reconozcan Estados, si reconocen un
Estado o no. La pregunta es si el gobierno del que forman parte, el
que hace las políticas y ejecuta las políticas, si ese gobierno
está preparado para reconocer a otros estados. Y esto es cierto en
el caso de Israel, para el gobierno de Israel o para cualquier
gobierno. Yo, incidentalmente, discutí con Meshaal, no una sino
varias veces, cara a cara, y le pregunté si iba a ser parte de un
gobierno que reconociera al Estado de Israel y él dijo: "Sí,
con tal que el pueblo palestino apruebe esa política". Y
siguió: "La gente nos pregunta si vamos a reconocer al Estado
de Israel, y si vamos a afirmar que es legítimo el Estado judío".
Él respondió: "No, no vamos a hacer eso. Pero nunca hemos
dicho que no vayamos a trabajar en un gobierno cuya posición cuente con el respaldo popular, que no vayamos a servir en un gobierno así". Pero
el punto más importante que debe mencionarse aquí –y es por esto que
estas distinciones son muy deshonestas– está en que del Estado de Israel no
reconoce la constitución de un Estado palestino, lo que quiere decir que hay partidos en
el gobierno de Netanyahu –partidos muy importantes, partidos no
marginales, incluyendo al suyo, el Likud–, que hasta el día de hoy comparten un programa oficial que no reconoce el derecho de los
palestinos a tener un Estado propio en cualquier parte de Palestina. Y, por
supuesto, también está el partido de Naftali Bennett, el HaBàyit
Ha-Yehudí
(הבית
היהודי, Hogar
Judío),
que proclama abiertamente que nunca habrá un Estado palestino en parte
alguna de Palestina. ¿Por qué no ha dicho nuestro gobierno o
alguien que, como ocurre con Hamas, si hay partidos así en su
gobierno, usted no puede ser un socio para la paz, usted pertenece a un
grupo terrorista ya que utiliza la violencia para
implementar su política, tal como lo hace Hamas? Así que la
hipocresía en la discusión pública que se está dando es
alucinante.
AMY
GOODMAN:
Henry Siegman, usted es el jefe, el ex-jefe de una de las
principales organizaciones judías, el Congreso Judío Americano...
RABINO
HENRY SIEGMAN:
De dos de ellas, también del Consejo de Sinagogas de América.
AMY
GOODMAN:
Así que, esas son las principales organizaciones judías
establecidas. Dijo que fue a ver a Khaled Meshaal, el jefe de Hamas,
no una vez, sino varias ocasiones para reunirse con él. El gobierno
de Estados Unidos llama a Hamas una organización terrorista. No van
a comunicarse con ellos. Se comunican con ellos a través de otros
grupos, de otros países, para hablar con ellos. Hable acerca de su
decisión de reunirse con Khaled Meshaal, dónde se reunió con él y
sobre la importancia de sus conversaciones.
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Bueno, en primer lugar, hay que señalar que es falso que Estados Unidos tenga como política no reunirse con organizaciones terroristas: Tiene la política de no reunirse con Hamas, que es muy distinto. Están
contentos de reunirse con los Talibanes y negociar con ellos. Y los talibanes cortan las manos y las cabezas a las personas y matan a niñas porque van a la escuela. Pero eso no impidió que Estados Unidos siguiera
teniendo negociaciones con los Talibanes, así que es un sinsentido
decir que no negocian con organizaciones terroristas. Hablamos con
enemigos si queremos poner fin a las masacres y contentos de hacerlo para tratar de llegar a un acuerdo que ponga fin a la
violencia. ¿Por qué Hamas debe ser la excepción? De nuevo, me
parece deshonesto. La única razón por la que hacemos esto es dar respuesta a las presiones de la AIPAC y, por supuesto, a causa de la posición de Israel. El mayor grupo de presión parlamentario en la
Knéset de Israel se llama la coalición Eretz Yisrael HaShlema, que
lidera el Likud.
Netanyahu con Obama en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 18 de mayo de 2009 |
AMY
GOODMAN:
Explique ese nombre en Inglés, "la tierra de Israel."
RABINO
HENRY SIEGMAN: "Eretz" significa en ingles “toda la tierra de
Israel”. Esta es la coalición parlamentaria, la bancada más
grande en la Knéset, que está totalmente dedicada a no permitir que
ningún gobierno establezca un Estado palestino en parte alguna de
la tierra de Israel: es la coalición liderada por el Likud, con los líderes del Likud en la Knéset, un partido que está
encabezado por el primer ministro de Israel. Lo que perturba es que
nadie hable de esto, que nadie señale esto y que nadie diga: "¿Cómo es posible mantener estas posiciones frente a Hamas si esto es exactamente
lo que está sucediendo en el mismo gobierno que usted preside?".
NERMEEN
SHAIKH:
Ya que usted esta mucho más familiarizado que la mayoría, el
argumento presentado por Israel y los partidarios de Israel es que
lo que se podría interpretar como una respuesta desproporcionada por
parte de Israel hacia Hamas tiene que ver con la experiencia
histórica de la persecución de los judíos y, por supuesto, con el Holocausto. Entonces, ¿cómo responde usted a ese tipo de
afirmaciones?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Bueno, yo no las acepto para nada, porque la lección de las
persecuciones me parece –y, ciertamente, si usted sigue la
tradición judía–, la lección de esas persecuciones (siempre
hemos dicho, hasta que el Estado de Israel se creó), es que no se
trata a las personas de esa forma tan inhumana y cruel. Nuestra esperanza siempre fue que Israel fuese un modelo de democracia, pero
no sólo una democracia cualquiera, sino un Estado que practicara los valores
judíos, en cuanto a su enfoque humanitario respecto a estas
cuestiones, la búsqueda de la justicia y así sucesivamente. Siempre
he sentido que la experiencia del Holocausto (que fue
importante para mí, pues viví dos años bajo la ocupación nazi,
la mayor parte del tiempo corriendo de un lugar a otro de forma clandestina), la lección más importante respecto al Holocausto
no es el hecho de que exista el mal, sino que haya gente mala en este
mundo que pueda hacer las cosas más inimaginablemente
crueles. Esa fue la gran lección del Holocausto: Que gente culta y decente, personas
a las que de otra manera consideraríamos buenas personas, son capaces de permitir que el mal se imponga. Que a la gente de Alemania, que no eran
monstruos, les pareciera bien que la maquinaria nazi hiciera lo que
hizo. Ahora no estoy dibujando un paralelismo entre la maquinaria
nazi y la política israelí. Lo que más me molesta es cuando la
gente pregunta ¿cómo te atreves a recurrir a la experiencia nazi?". La cuestión central no es, qué fue lo que hicieron exactamente,
sino que la cuestión es la evidencia que existe de que las personas
decentes puedan ser testigos del mal y no hacer nada al respecto. Esa
es la lección más importante del Holocausto, no los Hitlers y no
las SS, sino el pueblo que permitió que esto sucediera. Y mi
profunda decepción es que la población israelí, precisamente
porque Israel es una democracia no puede decir: "No somos
responsables de lo que hacen nuestros líderes", ya que la
población elige a estas personas para cargos públicos una y otra
vez.
AMY
GOODMAN:
Usted mencionó su experiencia del Holocausto como como sobreviviente
del Holocausto. ¿Podría explicarnos esto con más de profundidad?
Usted nació en 1930 en Alemania. Háblenos del ascenso de los nazis
y de cómo su familia escapó.
Aquí
sigue una larga intervención del rabino Siegeman explicando cómo su
familia abandonó Alemania y, después de un difícil éxodo por
Bélgica, Francia y el Norte de África, llegaron a EE.UU. El hilo
del conflicto palestino-israelí sigue en la pregunta siguiente:
AMY
GOODMAN:
¿Y cómo llegó a ser jefe de una, o como ha dicho usted, dos de las
organizaciones judías más importantes del país? ¿Y cuál fue su
posición sobre el sionismo después de la Segunda Guerra Mundial?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Mi padre fue uno de los líderes del sionismo en Europa. Él era el
jefe de la Mizrachi en el movimiento religioso sionista, no sólo en
Bélgica, sino también en Europa Occidental. Y los líderes, los
jefes, los fundadores de la Mizrachi –el propio alcalde de Berlín,
Gold y muchos otros- fueron invitados en nuestra casa en Amberes. Y
ellos me solían sentar en sus piernas y me enseñaban canciones en
hebreo de Israel. Así que yo me crié, junto con la leche materna,
el sionismo y fui, desde niño, un ardiente sionista. Recuerdo
llegando en el barco, veníamos a Estados Unidos, y yo estaba
escribiendo poesía y canciones –tenía diez u once años– sobre
el cielo azul de Palestina. En esos momentos nos referíamos al
territorio como Palestina. Y así, en la edad adulta, no hasta mucho
después de la Guerra del 67, cuando llegué a conocer a Rabin y a
otros, y me encontré con un debate en el que los israelíes me
dijieron, la gente de Israel, con la que estaba hablando, gente del
gobierno, gente que llevaba un tiempo en el gobierno, que tenían una
propuesta de Sadat sobre la paz, la retirada y todo eso. Pero Rabin claramente dijo: "La población israelí no está
preparada para eso ahora". Y eso me golpeó como un martillo.
Siempre tuve esta noción clavada dentro de mí, de que si al menos los árabes pudieran acceder al diálogo y estuvieran dispuestos a
vivir en paz con Israel, habría llegado el tiempo del Mesías. Desde luego que el Mesías
vino, pero los líderes israelíes dijeron, "No, la opinión
pública no está lista para eso". Yo escribí un artículo
entonces en la revista "Momento",
si usted la recuerda, publicada por Leonard Fein, quien escribió el
artículo de portada: el título era "Por el bien de Sión,
no voy a permanecer en silencio". Y eso hizo que yo reexaminara
las cosas que me habían contado y todo lo que estaba pasando sobre el
terreno.
El autor de este Blog, José Baena, en el Aeropuerto Ben Gurión de Tel Aviv, en mayo de 2013 |
NERMEEN
SHAIKH:
Antes de eso, su idea había sido siempre que si los árabes
estuvieran dispuestos, habría dos estados: Palestina e Israel.
RABINO
HENRY SIEGMAN:
No tenía ninguna duda sobre ello. Quiero decir, eso fue, ya sabes,
sólo un hecho, que estamos compartiendo. La propuesta, decía, dos
Estados. La resolución que Israel –la propuesta de partición, que
Israel invocó en su Declaración de Independencia, planteaba,
arraigaba su legitimidad en, citando el conflicto palestino, en el
asunto de la partición. Pero cuando alguien estos días dice "Pero
hay un plan de partición que dice que el resto, que no ha sido
asignado a Israel, es el patrimonio legítimo del pueblo palestino",
la respuesta que recibe es: "¡Ah, sí, pero ellos votaron que
no lo aceptarían, y el plan de partición nunca fue adoptado
oficialmente". Bueno, ¿entonces por qué lo estás citando
entonces en tu Declaración de Independencia, si consideras que es
nulo y sin validez?
AMY
GOODMAN:
¿Y la respuesta a la idea, que fue presentada tantas veces durante
la fundación del Estado de Israel, de que Palestina era una tierra
sin gente para gente que no tenía tierra?
RABINO
HENRY SIEGMAN:
Bueno, eso es lo que dice el sentido común: en el libro de Ari
Shavit y en otros se hace varias referencias a esto, a que el
movimiento sionista, desde su mismo nacimiento, fue fundado bajo una
no-verdad, bajo un mito, de que Palestina era un país sin pueblo.
Pero, como él dice y reconoce en su libro, se trataba de una
mentira. Por lo tanto, desde sus inicios, el sionismo no confrontó
este dilema moral profundo que yacía en su corazón. ¿Cómo lidias
con esa realidad? Como consecuencia de esto, una de las maneras como
lidiaron este asunto fue la expulsión de 700.000 personas de sus
ciudades, de sus ciudades y pueblos, y la destrucción de todos
ellos, que, en honor de Ari Shavit hay que mencionarlo, escribe sobre
ello de una manera muy dolorosa y honesta.
Hasta aquí llega la entrevista al rabino Siegman, quien, recuérdese, ha calificado la intervención de las Fuerzas Armadas de Israel en Gaza como “una matanza de inocentes". Si las pasiones irracionales, el sectarismo subyacente y la más supina ignorancia hacen muy difícil que en cualquier parte sea posible el diálogo sereno y reflexivo sobre el conflicto palestino-israelí, doy fe de que en España resulta absolutamente imposible sin ser acusado de antisemitismo por unos o de sionismo por los contrarios, según se saquen a relucir unos argumentos u otros. Aquí, hace mucho que cualquier debate racional es sustituido por las descalificaciones absolutas y los insultos verbales hacia quien manifieste, al margen de las razones que aduzca, opiniones contrarias al gregarismo dualista que divide en dos a la sociedad española. Pero, considero que para aquellos que se atrevan a examinar el enfrentamiento entre israelíes y palestinos desde posturas no dogmáticas, el testimonio del rabino Siegman será de incuestionable valor para formar su opinión personal acerca de tan enconado asunto. Aunque para los otros, los incontinentes que forman la inmensa mayoría, el doctor Sigman será reo seguro de los sambenitos y escupitajos verbales que por aquí emplean tirios y troyanos.
Hasta aquí llega la entrevista al rabino Siegman, quien, recuérdese, ha calificado la intervención de las Fuerzas Armadas de Israel en Gaza como “una matanza de inocentes". Si las pasiones irracionales, el sectarismo subyacente y la más supina ignorancia hacen muy difícil que en cualquier parte sea posible el diálogo sereno y reflexivo sobre el conflicto palestino-israelí, doy fe de que en España resulta absolutamente imposible sin ser acusado de antisemitismo por unos o de sionismo por los contrarios, según se saquen a relucir unos argumentos u otros. Aquí, hace mucho que cualquier debate racional es sustituido por las descalificaciones absolutas y los insultos verbales hacia quien manifieste, al margen de las razones que aduzca, opiniones contrarias al gregarismo dualista que divide en dos a la sociedad española. Pero, considero que para aquellos que se atrevan a examinar el enfrentamiento entre israelíes y palestinos desde posturas no dogmáticas, el testimonio del rabino Siegman será de incuestionable valor para formar su opinión personal acerca de tan enconado asunto. Aunque para los otros, los incontinentes que forman la inmensa mayoría, el doctor Sigman será reo seguro de los sambenitos y escupitajos verbales que por aquí emplean tirios y troyanos.
Para tomar una decisión que afecta a otros, siempre hay que ponerse en lugar del otro.
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