SIRIA:
UN MUÑECO ROTO PARA USAR Y TIRAR
Vendrán
más años malos
y nos harán más ciegos.
Rafael Sánchez Ferlosio
A propósito del conflicto sirio, el prestigioso periodista John Pilger escribió en el diario The Guardian: “La guerra mediática es tan importante como la guerra en el campo de batalla, porque el verdadero enemigo es la opinión pública nacional de cualquier país, y su engaño y confusión se convierten en algo esencial para librar una guerra colonial no popular.”
Dentro de esta estrategia de confusión y caos organizado, tal vez el hecho que hoy reviste mayor relevancia global es la creación del Estado Islámico como instrumento para derrocar a Bashar Al-Assad. Tal como señaló taxativamente el periodista e historiador Robert Freeman en un artículo publicado hace dos años, "el Estado Islámico es un monstruo creado por Occidente". (ISIS: a Monster Created by the West).
A
pesar de la inmensa cantidad de documentación hoy disponible acerca
de la participación norteamericana en la desestabilización de
Siria, incluso antes de que se produjeran los primeros incidentes
durante la primavera de 2011, y que la propia Hillary Clinton, en una entrevista publicada el 10 de agosto de 2014 por la revista "The
Atlantic" ("Hillary Clinton: Failure to Help Syrian Rebels Led to the Rise of ISIS"), lamentara
que la ayuda ofrecida a los “rebeldes sirios” no hubiera sido suficiente
para derrocar al presidente Bashar Al-Assad, la mayor parte de
nuestros creadores de opinión califican de guerra civil al conflicto sirio, negándose a aceptar que, al igual que la imparable violencia existente en Afganistán, Iraq y Libia, es producto de un plan
estadounidense minuciosamente ejecutado en función de las premisas geoestratégicas elaboradas por el grupo neocon que el
presidente George W. Bush puso al frente de su Administración con
anterioridad a los atentados del 11-S en Nueva York y Washington, y
cuya más descarada expresión aparece publicada en el libro de
Zbigniew Brzezinski "El gran Tablero Mundial. La supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos".
En
general, los medios de comunicación europeos, y muy especialmente
los españoles, siguiendo los criterios establecidos por Washington y
la OTAN, han optado por defender a los que de manera engañosa llaman
“rebeldes moderados”, identificándolos con pretendidos
defensores de la libertad frente a la opresión dictatorial del
gobierno de Damasco, sin considerar la ferocidad de sus crímenes ni
las masacres de civiles cometidas entre las numerosas minorías
religiosas o étnicas existentes en Siria, entre ellas la numerosa
población cristiana, que, sin la protección del Estado sirio, las
potencias occidentales han dejado abandonadas a su suerte. La
Historia juzgará esa miserable decisión, que tiene visos de
genocidio, de manera no menos inmisericorde a como ha juzgado la
cobardía de los países europeos cuando el arranque del nazismo en
Alemania.
Cuesta
trabajo creer y produce indignación comprobar cómo la prensa
española no se ha hecho eco jamás de ninguna información, por
documentada que sea, contraria a la propagada oficial difundida como
información fidedigna. Ni siquiera los numerosos y esclarecedores
artículos de Seymour M. Hersh, veterano periodista de investigación
galardonado con el Premio Pulitzer y otras numerosas distinciones,
como el muy conocido reportaje titulado "Military to Militar" (De militar a
militar), publicado el día 7 de enero pasado en "The London
Review of Books", donde demuestra que la "oposición moderada" en Siria tiene la singular cualidad de no existir.
Según
revela Hersh, durante el verano de 2013 fue entregado al presidente
Obama un informe ultraserceto elaborado conjuntamente por la Defense
Intelligence Agency (DIA, la agencia de inteligencia del Departamento
de Defensa) y el Estado Mayor Conjunto, cuyo jefe era en aquel
momento el general Martin Dempsey, en el que se vaticinaba que la
caída de Al-Assad conduciría al caos y al posible control
de Siria por parte del extremismo yihadistas, como ya había
sucedido en Libia, algo que yo vengo denunciando en este Blog desde
que el día 1º de septiembre de 2012 publiqué mi primer artículo
sobre el conflicto sirio: "Siria: la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad" .
En
su artículo, Hersh seguía explicando cómo el informe mostraba «que lo que había comenzado como un programa secreto
estadounidense para armar y apoyar a los rebeldes moderados que
combatían a Bashar Al-Assad fue adoptado por Turquía, convirtiéndose a nivel
técnico en un programa general de armamento y apoyo logístico a
favor del conjunto de la oposición, incluyendo el Frente al-Nusra y
el Estado Islámico. Los supuestos moderados se habían evaporado y
el Ejército Sirio Libre (ESL) no era más que un vestigio de lo que
alguna vez existió en una base aérea de Turquía». La conclusión
del documento era era desastrosa: no existía tal oposición
«moderada» viable contra Al-Assad y que, por lo tanto, Estados
Unidos estaba entregando armamento a las milicias de yihadistas
mercenarios.
Como típico ejemplo de la información sectaria que ofrece la prensa
española señalaré el reportaje aparecido en el núm. 1456 de la
revista XLSemanal del diario ABC, aunque el contenido sería muy similar si se tratara de El País, El Mundo o de cualquier otro diario nacional, ya que todos son iguales a la hora de manipular a la opinión pública
española en todo cuanto se refiera a las guerras decretados por EE.UU. donde y cuando convenga a sus intereses geoestratégicos. Y de las televisiones o de las emisoras
de radio españolas, mejor ni hablar.
Bajo
el título “Una historia en imágenes. El drama de los sirios que
huyen de su país, visto a través de cinco espeluznantes historias”,
ABC muestra los horrores del infierno sirio ilustrado con fotos de
sus protagonistas. Supongo que, a estas alturas, adivinarán lo que
sigue. ¿No...? Pues yo lo diré: Resulta que los pobres
desgraciados retratados en sus páginas fueron víctimas, ¡todos sin
excepción alguna!, de la crueldad infame de los soldados de las
Fuerzas Armadas Sirias fieles al gobierno de Damasco. De los horrores
perpetrados por los yihadistas del Estado Islámico no dice ni
palabra, de tal modo que a uno le quedan dudas de si el ISIS, el
Frente Al-Nusra y las restantes milicias criminales no serán
fantasmas inventados por Bashar Al-Assad para tener una excusa que
justifique la perversa manía que le ha dado a ese hombre de
torturar y masacrar a su propio pueblo.
Puestos
a falsear la realidad con semejante descaro, deberemos pensar que las
terribles imágenes del vídeo cuyo enlace inserto a continuación,
en el que los milicianos del Estado Islámico ejecutan a civiles por
ser “apóstatas y seguidores de Bashar Al-Assad” son ficciones
producidas por la propaganda del Gobierno de Damasco con la perversa
finalidad de denigrar las bondades del yihadismo islamista.
Les
prevengo que las imágenes tomadas en Raqqa (PINCHAR AQUÍ) ), a
comienzos de septiembre de 2015 son fuertes y duras de ver.
Milicianos ejecutan a un acusado de ser partidario del Gobierno de Damasco |
Nunca
ha habido tanta libertad para informar y tan poca veracidad en la información recibida, pese a los esfuerzos de tantos
historiadores, periodistas e investigadores imparciales que vienen
publicando sus artículos no solamente en canales alternativos, sino
en muchos de los diarios y revistas especializadas más importantes
de Estados Unidos, pero que, salvo escasas excepciones, no han
encontrado eco alguno en nuestros medios informativos, empeñados en
demonizar y culpabilizar a las Fuerzas Armadas Sirias leales al
gobierno de Damasco y sus aliados rusos de las atrocidades que vienen
sucediéndose en la escena siria, ignorando completamente los
desastres ocasionados por los bombardeos americanos y franceses, así
como los crímenes y desmanes de las numerosas bandas de terroristas
mercenarios atrincheradas en Alepo casi desde el inicio del conflicto
sirio.
De
nada servirán los recientes testimonios directos que aparecen en el
enlace (PINCHAR AQUÍ PARA VER EL VÍDEO) correspondiente a la rueda de prensa organizada en la sede de las Naciones Unidas
por los miembros del Consejo Norteamericano para la Paz en Siria,
quienes se muestran unánimes en denunciar la impostura que supone
llamar “rebeldes moderados” a los que no son más que criminales
a sueldo llevados a Siria para derrocar a Basahr Al-Assad y
desmembrar la nación según el plan diseñado por los halcones de
Washington, llevado
a cabo a través de milicias terroristas, previamente adiestradas,
armadas y financiadas por los propios EE.UU., sus aliados de la OTAN,
encabezados por Francia e Inglaterra, y las monarquías feudales del
Golfo, con la colaboración de Turquía y Jordania.
Aunque
las intervenciones sean en inglés, no tengo duda de que algunos de
los intelectuales a los que dedico este documento serán versados en
la lengua de Shakespeare y que, por lo tanto, estarán en condiciones
de entenderlo. Aunque sin mucha esperanza de conseguirlo, espero
que, en el caso de que se molesten en escuchar los testimonios a los
que aludo, no justifiquen su desdeñosa ignorancia catalogándolos
de “conspiranoicos”, que es el pobre recurso intelectual que
suelen emplear para desprestigiar cualquier evidencia que no se
ajuste a su versión de la realidad, tan soberbiamente dogmática
como políticamente correcta respecto a los criterios impuestos por
la campaña de desinformación y propaganda sostenida por la
administración estadounidense y difundida por las principales
agencias de comunicación occidentales, tal como denuncia el Prof.
Tim Anderson, profesor de la Universidad de Sydney y autor del libro "La guerra sucia contra Siria", en su reciente artículo "Siria Endgame: The Battle for Aleppo and Plan C" (Siria final del Juego: La batalla por Alepo y el Plan C).
Como
explica el Prof. Anderson, “la guerra de Washington contra Siria
comenzó a través de “milicias proxy” (ejércitos delegados) de acusado sectarismo fundamentalista enviadas para
derribar al gobierno de Damasco. Aunque la prensa occidental siga
hablando de "rebeldes moderados”, la evidencia es que EE.UU. y
sus aliados han apoyado todos los grupos armados que asolan Siria,
incluyendo el grupo occidental liderado por el frente armado anteriormente
conocido como Jabhat Al-Nusra (ahora rebautizado como “Jabhat Fatah Al-Sham”), en un fracasado intento para evitar el bombardeo
sirio-ruso, así como el grupo oriental DAESH-ISIS, que comparte la misma
ideología, tan perversa como sectaria”.
En el momento actual, la batalla por el control de la ciudad de Alepo ha obligado a que los grupos yihadistas ofrezcan una última y desesperada resistencia, ya que su derrota implicaría que la guerra decretada por Washington para derrocar a Bashar Al-Assad habrá entrado en su fase terminal, de tal modo que la liberación de Alepo supondrá el principio del fin.
Todo
lo que antecede debe servir como prólogo al hecho que me ha motivado
para escribir esta entrada: la ignominiosa instrumentalización de la
imagen patética del niño sirio Omran Daqneesh como medio de
propaganda para la campaña actualmente en curso tendente a frenar
los ataques conjuntos de las Fuerzas Armadas sirias y de la aviación
rusa contra los mercenarios del Frente
Fateh al-Sham y de
las otras bandas armadas que controlan todavía una pequeña zona de
la enorme ciudad, empleando como escudos humanos a la población
civil, que todavía resiste en sus hogares los horrores del asedio y
desde donde lanzan sus ataques de artillería, misiles y gases
tóxicos contra la mayor parte de la ciudad, controlada por el
Ejército Sirio fiel al gobierno de Damasco.
Los
medios de comunicación occidentales, que vienen ofreciendo desde antes que comenzara el conflicto, en marzo de 2011, una feroz campaña de manipulación informativa en contra del gobierno de Damasco, han convertido en viral la
desoladora imagen del pequeño Omran para impactar en la sensibilidad
de esa inmensa mayoría que desconoce lo que viene ocurriendo en
Siria desde que Washington decidió intervenir a través de su guerra
delegada en las milicias creadas para derrocar a Al-Assad y reproducir en Siria la misma situación de caos que hoy padecen Afganistán, Irak
o Libia, atribuyendo a los bombardeos rusos sobre Alepo la
responsabilidad de las víctimas civiles ocasionadas, sin aportar
ningún tipo de pruebas y sin que jamás se hayan hecho eco de las
ocasionadas por los bombardeos realizados por norteamericanos y
franceses en las localidades situadas en el noreste sirio.
Como
denuncia Bill Van Auken, reportero del World Socialist Web Site, en
su artículo "Human Rights. Propaganda Campaing Paves Way for Military Escalation in Syria" (Campaña de propaganda para allanar el camino a una escalada militar en Siria), publicado el pasado sábado, día 20 de agosto, "la a
imagen de Omran fue elegida porque la acción aparenta desarrollarse en
el sector oriental de Alepo, donde aproximadamente una sexta parte de
la población vive bajo el dominio de las milicias islámicas
apoyadas por Estados Unidos, la más importante de las cuales es el
Frente Fateh al-Sham, que, hasta el mes pasado se llamó el Frente
al-Nusra, catalogado como grupo terrorista por el propio gobierno
norteamericano. Llama la atención que los miles de niños asesinados
por los cañones que los milicianos disparan de manera indiscriminada
contra los barrios del Oeste de Alepo controlados por el Gobierno de
Damasco no tienen el mismo interés para los conductos lacrimales de
los editorialistas de periódicos y las cabezas parlantes de los
medios de comunicación. Ni mucho menos, les importan las imágenes
de los niños sacrificados en Yemen por los ataques aéreos saudíes
llevados a cabo con bombas suministradas por Estados Unidos y el
indispensable apoyo logístico del Pentágono”.
Después
de cinco años de horrores, comprobar la sensiblera indignación que
ha suscitado la foto de Omran me parece una afrenta a las decenas
de millares de niños que han muerto o han sufrido amputaciones
terribles en el conflicto sirio. Como recuerda Van Auken, “los
métodos empleados en esta campaña están muy vistos, por decirlo
suavemente. Hace veinticinco años, la primera guerra del Golfo
contra Irak fue preparada con un escalofriante relato, difundido en
el Congreso de Estados Unidos, según el cual las tropas invasoras
iraquíes robaron las incubadoras de los hospitales de Kuwait,
dejando morir a los bebés. La supuesta testigo ocular de esta
atrocidad, una mujer identificada como enfermera, se supo
posteriormente que era hija del embajador de Kuwait en Washington y
miembro de la familia real del emirato, de tal modo que toda la
historia fue un montaje de falsa propaganda”.
Como
Van Auken sigue diciendo, “las fuerzas motrices que subyacen en la
renovada campaña de propaganda son de dos tipos. La primera y más
inmediata es la necesidad que tiene la ofensiva “rebelde”,
financiada por EE.UU. y sus aliados regionales, de romper el cerco a
la zona oriental de Alepo que controlan para intensificar la la
estancada ofensiva contra la población civil del Oeste de la ciudad
ante los significativos avances sobre el terreno de del Ejército
Sirio, apoyado por la aviación rusa. De ahí la exigencia necesidad
de un alto el fuego inmediato.
"De mayor alcance en sus implicaciones es el desarrollo de la
colaboración entre Rusia, Irán, China y Turquía respecto a lo que
ha venido sucediendo durante los cinco años que dura la guerra por
el cambio de régimen en Siria. En la semana pasada Irán dejó que
Rusia utilizara sus bases para atacar objetivos sirios, al tiempo que Pekín anunció un aumento de la ayuda militar a Damasco.
Mientras tanto, siguiendo la estela del abortado golpe militar
llevado a cabo el mes pasado bajo respaldo estadounidense, Recep
Tayyip Erdogan ha buscado un acercamiento con Moscú y Teherán.
Van Auken concluye que "Washington
mira con creciente inquietud esta eventual alianza, a la que
considera un serio impedimento a la unidad militar para afirmar su
hegemonía en el Oriente Medio y sus vastas reservas de energía.
Como no puede aceptar semejante desafío sabe que, inevitablemente,
tendrá que preparar una respuesta militar. Este es el fin de la
campaña de propaganda "humanitaria" para "salvar a
los niños" de Siria y rescatar a los milicianos de la “proxy
war” (guerra por delegación) vinculada a Al-Qaeda, que forma parte
del negocio organizado por Washington”.
La
primera pregunta que cabe resolver en relación a la foto del pequeño
Omran es de qué fuente procede, es decir, conocer quiénes la
filtraron con la finalidad de que se hiciera viral, como ocurrió
hace un año con la conmovedora imagen del cuerpecito del niño Aylan
Kurdi que yacía en la orilla de una playa griega.
Basta examinar la foto para ver en su esquina superior izquierda que procede del "Aleppo Media Center",
un equipo de prensa al servicio de los “rebeldes moderados”
apoyados por Estados Unidos, que coordina su trabajo de intoxicación
con los voluntarios denominados “Cascos Blancos”, una ONG fundada
en
2013,
que recibe su financiación de Estados Unidos y Gran Bretaña, según
aparece documentado en el artículo The U.S./UK Financed "White Helmets" Shitik-Fake "Child Rescued" videos (Estados Unidos y el Reino Unido financian los vídeos de los Cascos Blancos con la falsa escenificación del niño rescatado).
La
organización denominada “Cascos Blancos” se presenta a sí misma
como neutral y apolítica, pero la realidad es que apoya a uno de los
bandos enfrentados en el conflicto sirio: precisamente al de los yihadistas islámicos y a las potencias que buscan perpetuar la
guerra en Siria. Esta afirmación se basa en el conocimiento de que
Defensa Civil Siria recibe su financiación principalmente de Estados
Unidos y Gran Bretaña, volcando su interés actual en la campaña
para detener los bombardeos de Alepo con la finalidad de evitar la
eliminación del los milicianos del Frente Al-Nusra, que
recientemente cambió su nombre para llamarse Fateh Al-Sham, una
maniobra puramente cosmética para, al menos nominalmente, no
aparecer catalogado como terrorista ante la despistada opinión
pública occidental.
James Le Mesurier, el super agente británico creador de los Cascos Blancos |
Los
“Cascos Blancos” fueron creados en Estambul en el mes de marzo de
2013 por James Le Mesurier, un especialista británico en “seguridad”
y ex- oficial de la inteligencia militar británica, con un
impresionante historial de servicio en algunos de los teatros en los
que levantan mayores interrogantes las intervenciones de la OTAN,
incluyendo Bosnia y Kosovo, así como Irak, Líbano y Palestina. Le
Mesurier pertenece a la élite formada en la británica Real
Academia Militar de Sandhurst, con una hoja de actuaciones de muy
alto perfil al servicio de las Naciones Unidas, la Unión Europea y
los servicios para el extranjero de la Commonwealth.
Mientras la organización afirma que no recibe fondos procedentes de ningún gobierno, aparece perfectamente documentada una recepción de veintitrés millones de dólares del gobierno norteamericano, canalizados a través de la USAID (U.S.
Agency for International Development), que tiene el descaro de tipificar como "ayuda a las iniciativas para la transición política en Siria", así como diversas subvenciones de importancia procedentes de los gobiernos del Reino Unido, Japón, Dinamarca y
Países Bajos, todos ellos favorables a contribuir económicamente a la campaña norteamericana para derrocar a Bashar Al-Assad.
Si
examinamos el expediente de James Le Mesurier también veremos sus relaciones
con la contratista militar Olive Security, relacionada con
Blackwater, una de las empresas favoritas del Pentágono para sus
multimillonarios contratos con los ejércitos privados y tristemente famosa por sus matanzas en Irak, así como con Good Harbour International, firma beneficiada por las
concesiones gubernamentales para la “reconstrucción” de Irak, dirigida por
Richard Clark, ex-asesor de Seguridad del presidente George W. Bush,
con lo que los negocios vinculados a la destrucción por la guerra y la reconstrucción de lo destruido, al menos en teoría, quedaban en
familia. No hace falta más para saber que las tareas de Le Mesurier consisten en llevar a acabo de manera encubierta, bajo la fachada de
una organización privada e independiente, aquellas acciones de
guerra sucia que Estados Unidos y Gran Bretaña no pueden realizar
directamente en Siria.
Por
si fuera poco, el otro gran dirigente de la organización es Raed
Al-Saleh, que a través de Defensa Civil Siria actúa como enlace exterior para la propaganda de los “rebeldes moderados”
protegidos por Estados Unidos y sus aliados, existiendo una abundante
colección de imágenes que muestran la activa colaboración de esta
organización con las milicias del Frente Al-Nusra, en algunas de las cuales
aparecen festejando la toma de ciudades por parte de los terroristas, así como la difusión de imágenes propagandísticas que muestran cadáveres de soldados del Ejército Sirio expuestos como trofeos de
guerra. A tal punto llega la desvergüenza de Defensa
Civil Siria, que existen numerosos ejemplos de vídeos en los que sus integrantes, agradecen las acciones criminales de Al-Nusra, calificándolas de "modelo a seguir".
Raed Al-Saleh |
Como
nota absolutamente delirante en relación a Raed Al-Saleh, cabe
señalar que después de haber sido propuesto para recibir el Premio
Nobel de la Paz (todo es posible después de haberlo obtenido Barack
Obama), le fue prohibida la entrada en Estados Unidos a su llegada al
aeropuerto de Nueva York, porque su nombre figuraba en la lista de
terroristas elaborada por el FBI. Que nadie piense que fue detenido,
sino que, ante el temor de que el asunto fuese aireado por la prensa y
utilizado para establecer conexiones indeseables, fue devuelto a
Estambul, tal como explicó ante los medios los medios de comunicación
Mark Toner, portavoz del Departamento de Estado.
A
quien desee informarse más cumplidamente de las actividades
realizadas por los Cascos Blancos, recomiendo que vea en su
integridad el documento Syria´s White Helmest: War of Deception-"Moderate Executioners" (Los Cascos Blancos de Siria: Guerra por medio del engaño – "Verdugos moderados"), publicado
el 28 de octubre de 2015 por 21st
Century Wireless.
Si
después de todo lo expuesto y sabiendo que gran parte del conflicto sirio se juega en Alepo, alguien siguiera creyendo que la
viralización de la foto del pequeño Omran Dagneesh no forma parte
de una campaña orquestada por quienes vienen apoyando a las milicias
yihadistas y que, por tal motivo, buscan detener como sea la
exitosa ofensiva contra los yihadistas de Al-Nusra emprendida por las
Fuerzas Armadas Sirias y la aviación rusa, sino que se inclinara a pensar en términos de buena fe para aceptar estamos ante un
testimonio gráfico obtenido y difundido con fines humanitarios por
una organización altruista al servicio de la noble causa de la paz,
seré libre de incluir a tal sujeto en la categoría de “aquellos
que no piensan más que con el pensamiento de todo el mundo”, según
el decir de D. Miguel de Unamuno, quien los consideraba como casos
ejemplares “de imbecilidad por sentido común”.
A
ellos dedico las esclarecedoras palabras pronunciadas por Karl Rove,
asesor de George W. Bush, recogidas por Ron Suskind en su artículo "Without a doubt: faith, certainty and the presidency of George W. Bush",
publicado en The New York Times, el día 4 de octubre de 2004: “La
gente cree que las soluciones provienen de su capacidad de estudiar
sensatamente la realidad discernible. En realidad, el mundo ya no
funciona así. Ahora somos un imperio y, cuando actuamos, creamos
nuestra propia realidad. Y mientras tú estés estudiando esa
realidad, actuaremos de nuevo, creando otras realidades que también
podrás estudiar. Somos los actores de la Historia, y a vosotros,
todos vosotros, sólo os queda estudiar lo que hacemos”.
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