LA
YIHAD MADE IN USA
Acaba
de ser publicado en España el libro “Yihad made in USA”, de
Grégorie Lalieu. Este ensayo es el primero de una colección fruto
de la colaboración entre El Viejo Topo y el colectivo
Investig’Action, fundado por Michel Collon, escritor y periodista
independiente belga especializado en el estudio de la propaganda de
guerra, las mentiras mediáticas y las relaciones Norte Sur.
Casi
sobra decir que lo he comprado y leído de un tirón. Su reciente
aparición hace imposible que mis criterios acerca de lo que viene
sucediendo en Siria se hayan visto influidos por lo que en este libro
aparece, ya que las entradas de mi blog “El Saco del Ogro” acerca
del conflicto sirio se han venido sucediendo de manera ininterrumpida
desde el mes de septiembre de 2012. Aclaro este punto porque, como
quien lea “Yihad made in USA” comprobará, las conclusiones a las
que llega son exactamente las mismas que yo he venido exponiendo en
mis artículos, incluso el paralelismo que yo establecí entre los
conflictos sirio y ucraniano en mi entrada del 27 de febrero de 2014: "UCRANIA POR EL CAMINO DE SIRIA: INFORME PARA CIEGOS".
Para su comprobación por el lector, transcribo los primeros párrafos del artículo
mencionado:
"De
todos los conflictos abiertos actualmente en el panorama global, la
crisis ucraniana es la que que representa mayor peligrosidad para la
paz mundial por los intereses geopolíticos que están en juego,
porque está enclavada en la Europa que desencadenó dos guerras
mundiales en un cuarto de siglo y porque no se puede acosar
indefinidamente a una gran potencia global como Rusia lo sigue
siendo, a pesar de los pesares.
"Por
todo ello, hay que examinar cuáles son las verdaderas razones que
subyacen bajo la apariencia de unas revueltas populares, que
dirigidas por una minoría radical perfectamente organizada y mejor
entrenada, ha conseguido hacerse con el poder e imponer su voluntad a
una nación de casi cuarenta y seis millones de habitantes, con el
descarado apoyo de las principales democracias europeas, de EE.UU. Y,
¿cómo no?, bajo la enorme sombra de la OTAN.
"Con
Siria convertida en un escenario de horrores desde hace tres años y
muy lejos todavía de que la situación se reconduzca por cauces que
no provoquen mayores males que los ya habidos, porque todo lo malo es
susceptible de empeorar, nos encontramos con la crisis ucraniana,
cuyo desencadenamiento, si nos fijamos bien, obedece a las mismas
causas y discurre por similares derroteros: aprovechar el descontento
popular para convertirlo en enfrentamiento armado y, disfrazándolo
de guerra civil, asaltar el Estado siguiendo las mismas reglas de
manual que Curzio Malaparte analizó magistralmente en su libro
“Técnica del golpe de Estado”, en el que muestra cómo a lo
largo de la Historia Contemporánea, ningún gobierno, bueno o malo,
ningún gobernante, corrupto o impoluto, puede resistir el ardor
revolucionario de las masas dirigidas por “fuerzas de choque”
adiestradas para derribar el poder existente y sustituirlo por otro
que esté subordinado a los designios que aquellos que, desde las
bambalinas de la escena, han elaborado el guión de la representación
y manejan a los actores como si las naciones fuesen teatros de
marionetas".
MILICIAS CON PARAFERNALIA NAZI EN LAS CALLES DE KIEV
Pocos
días después, adelantándome nuevamente a los acontecimientos que
posteriormente sucedieron, el 4 de marzo de 2014 publiqué "UCRANIA
VERSUS CRIMEA”, un
segundo artículo sobre la inminente guerra que veía venir, en donde
expresaba la certeza, nacida de mi análisis como historiador, de
que, pasara lo que pasara, Rusia jamás permitiría la pérdida de
Crimea, tal como ha sucedido.
En
dicho artículo escribí:
"Hace
unos años podíamos encontrar excusas meramente teóricas en la
crítica a los planes estructurales del FMI, EE.UU. o la Europa de la
hegemonía alemana realmente existente, pero al día de hoy, con la
que está cayendo, no podemos mirar hacia otra parte mientras los
zarpazos del Nuevo Orden Mundial decretado por Washington van en la
línea de homologar el mundo bajo su dirección y control. A pesar de
las tropelías cometidas por el gobierno de Yanukóvich y a las
críticas que podamos esgrimir contra Putin y el gobierno de Rusia,
la alternativa no puede estar en que el suelo europeo deba
convertirse a sangre y fuego en escenario de las maquinaciones de
Washington en bien su Imperio. No se trata tanto de dar la razón a
los rusos como de denunciar lo que la impresentable oposición
ucraniana pretende, con la ayuda europea y de EE.UU.
"En
esencia, la situación del presente está determinada por la
respuesta a dos interrogantes. En primer lugar, ¿decidirá Kiev
emplear realmente la fuerza militar en Crimea, y de ser afirmativa,
cuál? Y la segunda: ¿cuál será la correlación final de fuerzas
en el Este y el Sur de Ucrania, sobre todo en aquellas provincias
donde los activistas pro-rusos lograron izar banderas rusas en los
edificios administrativos? Con este trasfondo, en el espacio
informativo ucraniano ha surgido una nueva tendencia: después de la
semana de euforia generada por las “victorias de la Plaza Maidan”,
el poder fáctico y la prensa se acordaron de pronto de la existencia
en Ucrania de los rusos, y comenzaron a invocar la paz interétnica y
la unidad, la misma que hasta ahora venían destruyendo junto con los
monumentos y la martirizada “ley de idiomas”. Sin embargo, los
hechos diarios anulan el poder de convicción de esta tendencia. Y es
que nadie ha desmentido las amenazas de los ultras de la Plaza Maidan
de imponer su orden con la fuerza en el sureste del país. Es de
desear que a nadie se le ocurra correr el riesgo de intervenir
militarmente en Crimea, pues sería entonces cuando se habría
cruzado un umbral de difícil retorno y de consecuencias
impredecibles”.
LA OTRA UCRANIA: MANIFESTACIONES EN CRIMEA
Volviendo
al libro “Yihad made in USA” y al conflicto sirio, transcribo la
conclusión resumida a la que llega, tomándola de la interesantísima
entrevista realizada al diplomático etíope y especialista en el
mundo árabe Mohamed Hassan, cuyo enlace transcribo (PINCHAR AQUÍ).
"Hay
una guerra imperialista en Siria. Estados Unidos, Francia, Reino
Unido y sus aliados regionales —Arabia Saudí, Qatar y Turquía—
querían cambiar el régimen en Siria usando mercenarios y armando a
grupos islamistas. Israel también está implicada. Desearon que el
régimen colapsara rápidamente y trataron de romper la línea de
resistencia entre Irán, Hezbolá y Siria que contribuyó a la
derrota de Israel en Líbano en 2006. Esta guerra también intervino
en el programa estadounidense para reorganizar esta región
estratégica con el fin de mantener a raya las potencias emergentes
de Oriente Medio. En el caso del conflicto sirio, se trata también
de una guerra directa contra Rusia. El conflicto en Siria es una
especie de ‘Ucrania de Oriente Medio".