INTERLUDIO PARA SOÑAR DESPIERTOS
EN LOS TIEMPOS QUE CORREN
Para Kika Boldt
Roma, con Rómulo y Remo
Pero hoy nuestra heredad es un paisaje de ruinas
Octavio Augusto. Museo Massimo alle Terme
EN LOS TIEMPOS QUE CORREN
Para Kika Boldt
Friso del Ara Pacis Agustae
Busquemos refugio en los antiguos pórticos
Primor in orbe deus fecit timor
Petronio
El tiempo saquea las palabras y su ausencia
oscurece claves que ensamblan la arquitectura.
Por eso habitamos desiertos donde se extravía
la mirada y la pasión no ayuda a comprender
la realidad que falta, acaso premonición o sueño
de una doblez arcana que manifiesta su plan
en la ebriedad dichosa del vuelo de las aves
y codifica por misteriosas reglas la estructura
de las gemas o el roce voluptuoso del pájaro
en el aire. Todo es caudal de una misma energía
innumerable que llegado el momento se desborda
en fervor para alumbrar la historia.
Pero hoy nuestra heredad es un paisaje de ruinas
donde los sueños mueren cada noche
apuntalando el alba: tras las puertas cerradas
hay dones que se ofrecen y voces que nos llaman
porque en lo conocido el amor no encuentra su latido
ni tampoco aparece a los pies de los antiguos dioses
que marcaron en el mármol de los templos
sus columnatas de cuerpos perfectísimos.
Cada bronce fundido al calor de las llamas,
cada piedra tallada, cada fuente o presagio
iluminó rincones del misterio antes que el hierro
proscribiera el disfrute de semejantes dones
y habitáramos su clamorosa ausencia, rotas las alas
para no insistir nuevamente en los milagros.
Escuchad, el reloj no se agota y cuenta cada hora
para que otra vez los labios proclamen nuevos salmos
y nuevas músicas aplacen las guerras declaradas.
Cediendo a lo oportuno, cuando se agote el tiempo
será perentorio buscar refugio en los antiguos pórticos
antes de que la muerte avance por calles y avenidas
donde la peste acecha la sangre de los niños,
millones de mujeres estériles anuncian los miedos
de la noche que viene y feroces turbas
asaltan la memoria de los nobles legados
para dejar en manos de ladrones
su miserable tráfico.
Cariátide
Estanque del Cánopo. Villa Adriana
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