SIRIA:
ANTE UN FINAL ANUNCIADO
TRES
MIRADAS CONVERGENTES
La ONU abandona Siria para no verse implicada |
Yihadistas francotiradores en Alepo. Objetivo: derrocar al gobierno de Al-Assad |
Brigadistas del Frente Sirio de Liberación, en nombre de la democracia, claro |
PRIMERA MIRADA
ABC. Internacional. Día 10/12/2012 - 21.16h
Las
imágenes de un niño sirio decapitando a un militar preso sacuden
las redes sociales
Texto
de la noticia:
Las
imágenes difundidas por YouTube de un niño decapitando en Homs a un
oficial desarmado, mientras es jaleado por un grupo de rebeldes,
están sacudiendo las redes sociales, en la escalada que no parece
tener fin de actos de barbarie que se cometen en la guerra civil de
Siria.
Según
fuentes de los rebeldes, recogidas de modo anónimo por la agencia
alemana Dpa, el militar del ejército sirio decapitado por un niño
de unos 10 años pertenecía a un grupo de diez oficiales
secuestrados por la oposición en las combates de Homs. Dos de ellos
habrían sido puestos en libertad a cambio del pago de un rescate. En
el vídeo se observa el cadáver de otro hombre decapitado, aunque se
desconoce si también fue ajusticiado por el menor.
Junto
a la consternación por los hechos, los medios sociales recogen
también la indignación de muchos por la difusión completa del
brutal vídeo en algunos medios de prensa digitales, en busca de la
explotación del morbo.
Esta es la foto para ser incluida en el Museo Universal de la Infamia |
Adenda: Como no podía ser de otro modo, a la redacción de la noticia no le falta
la muletilla buenista e hipócrita típicamente nuestra: lo horroroso
no es este este hecho en sí mismo, sino que radica en divulgar la, porque resulta
demasiado fuerte para nuestra acojonada sensiblidad occidental.
¡Puaffff, qué asco...!
SEGUNDA MIRADA
El sufí ciego que encontré en la Mezquita Omeya de Alepo
La
nobleza del rostro, su espiritualidad y su ceguera, me impresionaron. Fue en la mezquita de Alepo donde me topé con la viva estampa del sufí ciego de Damasco, que mi imaginación
había creado unos años antes y que describí en mi novela "El
fuego de San Telmo".
Este
es el texto a que me refiero:
“Cuando
salimos al exterior de la mezquita había anochecido completamente.
La suave brisa que sentí en los pulmones tuvo la virtud de de
devolverme al tiempo presente, cuya percepción había estado
suspendida. Al contrario de otras personas que imaginan fantasías
que no pertenecen al terreno de lo real, yo a veces tengo que
concentrarme para sentir la realidad de determinadas vivencias, pero
siempre lo consigo con un cierto retraso.
Aturdido
todavía, nos pusimos los zapatos y cruzamos el pórtico iluminado
por grandes farolas. Sentado sobre una de sus gradas reparé en la
figura de un anciano entregado, según parecía, a la meditación.
Sendas madejas de pelo blanco le salían a los lados de un raído
turbante que alguna vez fue blanco también. Sus hombros aparecían
cubiertos por un manto de lana oscura y sus pies, calzados con
babuchas, parecían cruzados a la manera oriental. Impasible como un
Buda, parecía contemplar el mundo desde un mirador exterior. Cuando
pasábamos ante él, movió los brazos para exteriorizar
reconocimiento y alargó su mano derecha hacia donde estábamos, en
inequívoca demanda de que nos acercáramos. Miré alrededor para
comprobar que sólo Rifad y yo permanecíamos plantados frente a él.
Descansó las manos en el regazo y su rostro adquirió una devota
expresión de plenitud. Inesperadamente, mi amigo me empujó hacia el
santón, quien, como si lo hubiera esperado, en un rápido movimiento
perfectamente sincronizado, me asió de una mano, acercándome hacia
él todavía más. Quedé anonadado cuando, en la semipenumbra del
pórtico, me fijé en sus ojos y descubrí que era ciego. Algún raro
mal había borrado la coloración del iris que parecía transparente,
al igual que sus pupilas, inexistentes.
Repentinamente,
mientras el silencio se prolongaba, me fue invadiendo la sensación
física de que su presencia interior me escrutaba con tal intensidad
como si una broca de diamante traspasara mi piel y recorriera cada
uno de mis sentimientos, cada huella dejada, cada ilusión
insatisfecha, cada seña de identidad dispersa, y noté que mi alma
vibraba como las cuerdas de un violín. Era extraña la brecha que de
pronto sentí en la cabeza y el calor que la presión de su mano
trasladaba a la mía., Me sentí vacío de pasado o de futuro,
abocado tan sólo a un inmenso presente intemporal. Su voz sonó muy
dulce cuando comenzó a hablar con palabras que no pude
entender, pero que Rifad tradujo inmediatamente:
̶
Esta voz que escuchas no es mi voz, sino fuego, no viento. ¡Así
pudiera no existir quien no arda en este fuego!
Yo
lo escuché perplejo y conmovido, porque entonces no sabía que sus
palabras pertenecían a Dajalâl al-Din Rûmi, el gran sufí del
siglo XIII. Después de una breve pausa, el santón habló otra vez:
̶
Tú, hombre blanco, has sobrevivido a una muerte que no es la muerte.
Ésa es tu señal. No te aflijas por ello. Pero no apremies tu paso, porque ha llegado el tiempo de recapitular.
Me
estremecí cuando Rifad me susurró la traducción al oído. La
energía que emanaba de aquel hombre traspasaba mi cuerpo como el
viento atraviesa el follaje de un árbol. En un momento, noté que
hurgaba dentro de mis entrañas como un hurón en busca de conejos.
Solamente que no había agresividad en su presencia. Emitió un
suspiro y acabó por decir:
̶
Antes de partir tendrás tiempo para preparar adecuadamente tu
equipaje. Mientras, eres afortunado porque te espera la sombra de las
palmeras en la ciudad que es roja como la sangre y verde como un
oasis del desierto. Aprovecha el don que se te ha dado.
A
continuación, retiró su mano de la mía y la levantó en actitud de
bendecirme.
̶
Que tengas buen viaje. Ve en paz ̶ dijo finalmente. Luego, cerró
los ojos y su semblante se relajó, como si hubiera quedado
plácidamente dormido.
̶
Shukram
jazeelan, Cheikh ̶
“Muchas gracias, Maestro”, acertó a decir mi amigo con un hilo
de voz mientras yo me inclinaba en señal de reconocimiento.
Seguramente
me hubiera quedado allí plantado si no hubiera sido porque Rifad me
tomó del brazo para prosiguiéramos nuestro camino.
̶
Según antiguas tradiciones, si la ceguera aparece asociada a la
sabiduría es que ésta ha alcanzado un altísimo grado ̶comentó
mi amigo.
Cuando
le volví la espalda para alejarme tuve que esforzarme en no girar la
cabeza y contemplarlo otra vez. Todavía hoy tengo la impresión de
que seguirá allí sentado, quizás vida tras vida, rodeado por la
multitud que posiblemente ni percibirá.
̶
Te ha llamado “hombre blanco”, ¿sabes lo que eso significa? ̶ preguntó Rifad con una sonrisa.
Pensé
que la expresión utilizada por el anciano equivalía a “occidental”,
pero estaba equivocado; Rifad me hizo saber que se refería a una
cualidad interior, algo así como “noble de alma” o “limpio de
corazón”. Recuerdo que sentí vergüenza cuando lo supe y también
que mi amigo recibió con alborozo la confusión que me embragaba.
Permanecimos
callados mientras nos alejábamos para mezclarnos nuevamente con el
bullicioso caos circundante. Cuando regresamos a su casa, me retiré
pronto al dormitorio. Necesitaba estar solo. A pesar del cansancio,
permanecí un largo rato en la terraza disfrutando del aire fresco.
Al fondo, la ciudad tachonada de luces comenzaba a sumirse en el
silencio de la noche. Por primera vez me di cuenta que el mundo
musulmán y el nuestro pertenecen a universos diferentes. Si algún
día ambos modelos llegaran a conjugarse, todos, ellos y nosotros,
saldríamos ganando. Aunque, por desgracia, tal como marchan las
cosas, no parece que eso vaya a pasar nunca.
Segunda edición |
Mezquita Omeya de Alepo |
Entrada a la Mezquita Omeya de Alepo |
Relicario de Zacarías |
Lámpara de la Mezquita de Alepo |
La Gran Mezquita Omeya de Damasco |
En el patio de la Mezquita de Damasco |
Templete con la Cámara del Tesoro |
Mosaicos del Tesoro. Siglo VIII |
TERCERA MIRADA
Para que se sepa: En
Siria también hay niños
Toda
la capacidad compasiva (?) de algunos, que a sí mismos se consideran
progresistas, se agota en los niños palestinos, según demanda el ignorante y zafio desdén por la verdad que por estos lares coincide con la
“corrección política”. No ven que hoy el peor de los infiernos
está en Siria. ¿Por qué nadie se acuerda del sufrimiento de los
niños sirios?
Mientras predica el Îmân. Mezquita Omeya de Damasco |
En el patio de la Mezquita de Damasco |
Jugando en la Mezquita |
Posando para mi |
Chiquitín con el escudo del Barça en una tienda de Damasco |
Pequeños en Rusafa |
El fuego de San Telmo
¿Te
lo has leído? ¿Sabes de lo que habla?
Resumen
del libro
En
1995, durante unas excavaciones arqueológicas en Málaga, aparece un
soneto cifrado que revela la existencia de un manuscrito perdido hace
siglos y atribuido a Santiago, el hermano de Jesús de Nazareth: es
el Tercer Apocalipsis, un libro considerado apócrifo por la Iglesia
y celosamente guardado en Jerusalén por la orden del Temple.
Arturo Bernal, un profesor de historia de vida monótona y ordenada, se propone averiguar el paradero del manuscrito. Pero pronto advertirá que no está solo en sus pesquisas: un comando del Mossad, diferentes órdenes de la Iglesia Católica que rivalizan por imponer su candidato como próximo Papa o una misteriosa secta de sufíes se cruzarán en el transcurso de sus pesquisas, que le llevarán hasta Tierra Santa y acabarán por convertirse en un viaje iniciático.
El fuego de San Telmo es una emocionante novela de intrigas religiosas y políticas, y un inquietante relato de plena actualidad para comprender muchas de las claves enfrentadas en los países del Oriente Medio. Pero también es una apasionante historia de amor y de su inacabada realización. Una estimulante lectura que mereció el V Premio de Novela Ciudad de Salamanca.
http://www.casadellibro.com/libro-el-fuego-de-san-telmo/9788484330387/764725
ALGAIDA
EDITORES, S.A. 2005
En rústica: 12.95€ ($17.09)
EL
FUEGO DE SAN TELMO (2ª edición)
ALGAIDA
EDITORES, S.A. 2001
Tapa dura con sobrecubierta: 23.80€ ($31.42)
EDICIÓN EN LIBRO DE BOLSILLO
El
Fuego de San Telmo
Baena Reigal, José (Algaida Editores)
Precio: 6
€
($8,15)
640
páginas.
ISBN: 8498771838. ISBN-13: 9788498771831
Edición: 11/05/2009.
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Lo peor de todo es el incierto futuro de la sociedad siria en su totalidad, tanto creyentes de las distintas religiones que se practican en Siria (incluidos los musulmanes y cristianos) como de los que ajenos a la religión, quieren convivir en una sociedad democrática que respete los valores individuales de la persona. Si como muchos sospechamos, se acaba imponiendo la sharía, la barbarie habrá acabado con una sociedad milenaria que tiene sus mas y sus menos, pero que respeta en algo al diferente.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarIncierto y terrible. Los seguidores de Al-Assad son mayoría en Siria, incluyendo policías, militares y el resto de los funcionarios del Estado, así como los integrantes de todas las minorías étnicas y religiosas que han convivido en la tierra siria con la entera libertad otorgada la protección del Régimen. Habrá una purga enorme y será muy difícil impedir un baño de sangre. Son muchos los sirios que ya han abandonado el país y muchos más los que solamente piensan en escapar como puedan. Luego, los países occidentales que han patrocinado la voladura del régimen por parte del yihadismo, interpondrán "por razones humanitarias" una "fuerza de paz" comandada por la ONU y, encima, pasarán otra vez como los buenos de la película. En cualquier caso, ya es irreversible que en poco más de un año la nación siria haya retrocedido veinte. Si hubiera retrasado mi viaje cuatro meses, me habría quedado sin conocer este maravilloso país.
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