martes, 11 de marzo de 2014

          11-M: LA SEMILLA DEL DIABLO



El pasado viernes, día 7 de marzo, el diario ”El Mundo” publicó una entrevista al juez Gómez Bermúdez. Paradójicamente, y por razones diametralmente opuestas a las que él expone, coincido plenamente con sus afirmaciones cuando dice que la clave para descifrar el 11-M no está en el tipo de explosivo utilizado en los atentados, es decir, en la falsa disyuntiva entre Goma-2 ECO o Titadyne, que por entonces nos vendieron “urbi et orbi” y con la que se intoxicó a la opinión pública española hasta producir un enfrentamiento cuya sombra llega hasta el día hoy. La verdadera razón de su afirmación está en que cualesquiera de estos dos tipos de explosivos están al alcance de todos los grupos terroristas habidos y por haber, que podrían adquirirlos sin dificultad en el mercado negro. Solamente tienen que recurrir a las numerosas mafias existentes.



Salvo que en el 11-M se usara un explosivo que no estuviese al alcance de las mafias que son normales en el mercado negro, claro: un explosivo de uso militar muy restringido. Como parece ser el caso. De este modo, quienes idearon, planificaron y ordenaron cometer los atentados del 11-M, manifestaron con terrorífica contundencia su voluntad de que no quedara duda alguna acerca de quien los había realizado: la firma de la autoría quedaría marcada con un sello indeleble en los explosivos utilizados. ¡Que no cupiese duda para el Gobierno, claro! Porque de eso se trató y se sigue tratando, de un mensaje unívoco e imperativo al Gobierno de España. No al Gobierno de Aznar o al de Zapatero: al Gobierno de España, cualquiera que fuese el color del partido político que detentara el poder, tanto en tiempo presente como con respecto al futuro. ¿Me explico?

Gerardo Turiel, brillante catedrático de Derecho Romano de la Universidad de Oviedo y defensor de Suárez Trashorras, en  la exposición final de sus conclusiones ante el tribunal del 11-M hizo frente a la sorprendente afirmación del fiscal jefe de la Audiencia Nacional, quien en su su informe, al igual que ahora hace el juez Gómez Bermúdez, aseguró que "daba igual" que se empleara Goma 2 ECO u otro explosivo en las hipotéticas mochilas-bomba que hicieron explosión en los trenes de cercanías. El letrado explicó que, en el caso de Trashorras, saber la dinamita empleada era "clave" para calificar el delito e invocó la indefensión a efectos de la vulneración de los derechos fundamentales de su cliente. "A mi cliente y a mi sí nos interesa saber lo que explotó porque nos interesa saber qué relación tenemos con esto.” El defensor advirtió, continuando con sus críticas a la actuación del Ministerio Público, que corremos el riesgo de que esta violación de derechos nos acerque a la situación que viven los presos islamistas detenidos por las autoridades norteamericanas y encarcelados en la cárcel cubana de Guantánamo: "Esto no es Guantánamo pero por ese camino vamos", dijo Turiel, quien destacó irónicamente que se alegra enormemente de que Suárez Trashorras "no rece ni sepa hablar árabe".

Los acusados en el Juicio de la Casa de Campo

A este respecto, aconsejo ver la entrada de mi Blog, correspondiente al 28 de noviembre de 2013, desde la que que he transcrito, sin modificar ni una coma, el párrafo anterior ”EL 11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA: 3. Red de mentiras” .



Precisamente en no querer saber qué tipo de explosivo se utilizó en la masacre fue en lo que coincidieron todos, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de la Seguridad del Estado que tan descaradamente mintieron en el Juicio de la Casa de Campo, los fiscales del Estado que intervinieron, el juez Gómez Bermúdez que dictó la sentencias y las cúpulas de los dos grandes partidos que vienen gobernando España desde la Transición. Resulta revelador que en lo único que se han puesto de acuerdo el Partido Socialista y el Partido Popular durante los diez años transcurridos desde el 11-M es en investigar qué Servicio de Inteligencia se oculta detrás de la masacre de Madrid. Y no lo es menos que el Gobierno presidido por Mariano Rajoy, fiel a la tradicional necrofilia hispánica, haya preferido condecorar a los muertos de los trenes que impartir justicia a los vivos.





A diez años vista de aquel día fatídico, resulta indudable que tanto el Partido Popular como el Socialista, al margen de escenificaciones, que a estas alturas no pueden engañar a los más avisados, han coincidido en lo fundamental: impedir cualquier investigación seria tendente a desvelar por qué y quién dio la orden para que se destruyesen, a menos de setenta y dos horas de la masacre, los vagones afectados por las explosiones, en flagrante violación al protocolo prescrito para estos casos por la Ley de Enjuiciamiento Criminal, y con ello la posibilidad de que por el hilo pudiera seguirse el rastro del ovillo, o sea, la posibilidad de conocer con absoluta certeza y de manera oficial cuál fue el explosivo utilizado en los atentados, no fuera que apareciese algo que nadie quería ni quiere conocer: la mente criminal que ideó y llevó a cabo los atentados más graves de la reciente historia de España y de Europa. También por ello, cobra razón otra escandalosa afirmación del juez Gómez Bermúdez acerca del 11-M, que "hay cosas tan graves que es mejor que no se sepan".


Esta afirmación la hizo el juez ante la presidente del Foro de Ermua, Inmaculada Castilla de Cortázar, quien en el acto de presentación del libro “La ruta del odio” de Fernando Vaquero, un libro sobre el terrorismo, relató una anécdota sobre el juez Gómez Bermúdez. En una ocasión, tras la sentencia del juicio del 11-M, le preguntó al juez por el autor intelectual de los atentados. Gómez Bermúdez le contestó que no era el momento adecuado para contarlo todo. Que "...hay cosas tan complejas, tan graves, que es mejor que no se sepan todavía, que se sepan más adelante".

Dicha anécdota puede verse y oírse en estos vídeos (A partir del minuto 11:20 del primero de ellos y al comienzo del segundo):





En otra reciente entrevista, la concedida en la sede del Consejo de Estado para el Especial 11-M publicada el pasado domingo por el diario El Mundo, el ex-presidente Rodríguez Zapatero afirma ahora, en contradicción con infame campaña que protagonizó su Partido en plena jornada de reflexión de las elecciones legislativas de 2004, que en las actuaciones del entonces presidente del Gobierno, José maría Aznar, no hubo voluntad de engañar, sino solamente “una interpretación errónea del atentado”.



En esta afirmación concreta, Zapatero sabe bien de lo que habla, ya que a él le ocurrió exactamente lo mismo. Según confiesa, fue el lendakari Ibarretxe quien le convenció que había sido ETA. Aunque no tardó en llegarle desde Estados Unidos (¿desde dónde si no?) la sospecha de que se trataba de un atentado islamista: “Creí al principio que había sido ETA. Aunque recuerdo que tuve una llamada de Miguel Sebastián en la que me dijo que un broker amigo le decía que en Wall Street se comentaba que era Al Qaeda”. Un “detalle” del que dejé constancia el 11 de diciembre de 2013 en otra de las entradas de este Blog: Un ”EL 11-M Y LOS SERVICIOS DE INTELIGENCIA:4. Un atentado con freno y marcha atrás” y que a continuación transcribo literalmente:

Por la tarde desde ese mismo día 11, Miguel Sebastián, uno de los hombres fuertes de Zapatero en materia económica, llega a Madrid procedente de Las Palmas, donde ha celebrado una de sus últimas intervenciones de la campaña electoral. Miguel Sebastián se dirige a su domicilio. Sabe que la campaña se ha suspendido ya definitivamente. Al poco de llegar recibe una llamada de Washington. Es un antiguo compañero de Universidad, un colega que trabaja en el mundo de las finanzas estadounidenses con buenas conexiones en la Casa Blanca. El interlocutor le quiere hacer llegar un comentario acerca del atentado:

-Miguel. Es Al Qaeda.

-¿Es fidedigna esta información?.

-Al noventa y nueve por cien.

Miguel Sebastián

En resumidas cuentas, que tal como como explico sobradamente en mis entradas sobre el 11-M, la cronología de los hechos pone de manifiesto una evidencia: que el atentado fue etarra hasta que en Washington dijeron que no lo era, que había que mirar hacia Al Qaeda, una criatura que ellos conocen bien, porque, como es bien sabido, fue creada por la CIA. Entonces es cuando empiezan a cambiar las cosas, en primerísimo lugar, el explosivo utilizado para cometer los atentados, ¡que no se olvide! Para eso fabricaron con tanta prisa como chapuceramente la falsa mochila de Vallecas, que ni apareció en los trenes ni podía estallar y que, para mayor escarnio, iba provista de una buena dosis de metralla, cosa que no ocurrió con los verdaderos explosivos que sí estallaron en los vagones de los trenes de cercanías y cuyo rastro ha sido cuidadosamente borrado.

Si no fuera porque estamos ante una manipulación criminal que ha servido para que los autores intelectuales y materiales de los atentados de Madrid se hayan evaporado en el aire sin dejar huella como el ectoplasma de los espiritistas, podríamos comparar la atolondrada fabricación de la mochila de Vallecas con la escenificación de aquel célebre diálogo de los hermanos Marx, modelo de realismo sin adulterar:

̶ Oye, en la casa de al lado hay un tesoro.

̶ Pero si al lado no hay ninguna casa...

̶ Está bien, ¡construiremos una!

A estas alturas, nadie puede negar que la voluntad de ocultar lo que explotó en los trenes es paralela a la aparición de los restos de dinamita y detonadores de la Reanault Kangoo. No puedo asegurar qué fue antes, si el huevo o la gallina, pero sí que son dos hechos totalmente interrelacionados. Así pues, fue el círculo policial cercano al gobierno de Aznar el que dispuso que la famosa cinta islamista “aparecida” entre la restante tramoya de la furgoneta decidiera que el atentado sería islamista. Consecuencia de ello es la mochila de Vallecas, que la trama policial próxima al Partido Popular avaló, sabiendo que era más falsa que el beso de Judas, como también hizo con la detención de Jamal Zougam, para que el atentado reversible cobrara carta de naturaleza y se convirtiera en un hecho de la mayor trascendencia, porque conduce directamente a Mina Conchita. Y desde los explosivos "asturianos" a todo lo demás, hasta llegar a la traca final de Leganés, que pone fin al siniestro espectáculo. A la despistada Ana Palacio, recién aterrizada en el Ministerio de Asuntos Exteriores, le costó trabajo enterarse de algo, así que tuvo que decírselo en persona el director de The Wall Street JournalUn pequeño desfase explicable por su bisoñez al frente del Ministerio. ¿Que desde Washington dicen que el 11-M es un atentado islamista? ¡Pues nada, que sea islamista! ¡Como usted mande Mr. Bush, que para eso estamos!.

Para insuflarle nueva actualidad a la autoría islamista, con vistas a la conmemoración del décimo aniversario del 11-M, ha aparecido, casualmente ahora, esa bazofia infumable escrita por Fernando Reinares, que ha merecido por parte de los medios de comunicación la atención prevista, suficiente para compensar la molestia de haberse editado esa mezcla de vodevil con tonos de odalisca y novela a lo Pilar Urbano, cuyo libro “de investigación” sobre el 11-S norteamericano debió inspirárselo el Espirítu Santo, en la versión del Opus Dei. El folletín de Reinares "¡Matadlos! Quién estuvo detrás del 11-M y por qué se atentó en España" (Galaxia Gutenberg), es un vulgar subproducto hecho para la ocasión, con la finalidad de seguir dando pábulo a todas las mentiras que nos han contado los medios de comunicación para que la verdad del 11-M nunca llegue a saberse. Oficialmente al menos. Su contenido, en consonancia con la realidad del Real Instituto Elcano, un grupo de presión más atlantista que la propia OTAN, es intoxicación pura y dura, propaganda tan burdamente fabricada como intencionadamente falaz, atribuible a las vinculaciones inconfesables de un falso especialista en islamismo, que tiene de historiador lo que yo de esquimal.




En su panfleto, Reinares afirma que la decisión de atentar contra España fue tomada en Pakistán por “Amer Azizi, que se confabuló con Abdelatif Mourafik para vengarse de los españoles del modo más mortífero” por el desmantelamiento en noviembre de 2001 de la célula de Abu Dahdah en España, a la que me refiero en una entrada anterior. La delirante teoría de Reinares fue desmentida de manera expresa por Félix Sanz Roldán, director del CNI, pese a lo cual, Reinares sigue apareciendo en los medios de comunicación españoles como gran experto en terrorismo islamista. Según “El Confidencial Digital” del día 19 de octubre de 2014, Sanz Roldán, en un desayuno ‘off the record’, negó la versión de Reinares. Según los asistentes a esa reunión privada, el director del CNI “dijo que los atentados del 11 de marzo no fueron como dice Reinares. Que esa versión no cuadraba y que no era creíble”.

Para mayor muestra de su torpeza, Reinares no cae en la cuenta de que su elucubración concede todavía mayor autoridad, si cabe, a la rotunda afirmación de Fernando Múgica, cuando desvincula radicalmente la comisión de la masacre de Madrid con la contienda electoral española, que es la visión que aquí sigue prevaleciendo, dada la cortedad sectaria en la que se mueve la vida política española. Por mi parte, no tengo la menor duda de que el 11-M solo es explicable como consecuencia de un conflicto de intereses geoestratégicos de alta trascendencia, cuyo resultado final es que la víctima propiciatoria elegida sea España. Y no por casualidad.





En la entrevista publicada por El Mundo a la que he aludido con anterioridad, Rodríguez Zapatero añade que no sabe por qué Aznar dijo del 11-M “que había sido víctima de una mente diabólica”, afirmación cuya veracidad no acabo de creerme. A pesar de que no conceda a quien gobernó España durante ocho largos años demasiadas luces, pienso que en tan dilatado período tuvo tiempo sobrado para enterarse de algo, pienso yo.

No obstante, lo mejor sería preguntarle al propio ex-presidente Aznar a qué "mente diabólica" se refería exactamente cuando utilizó tan llamativa expresión para designar al sujeto maléfico que tuvo poder para decidir y fuerza suficiente para llevar a cabo una masacre de semejante envergadura. Seguro que él debe conocerlo. Al igual que Rajoy o los Servicios de Inteligencia de medio mundo, empezando por la CIA o la Agencia Nacional de Seguridad norteamericana (NSA), que lo sabe todo de todos como el gran Dios.



Un hecho curioso en el que, al parecer nadie ha reparado: en este décimo aniversario del 11-M, cuando todo el mundo ha realizado declaraciones, escrito artículos o concedido entrevistas acerca de la masacre, resulta particularmente llamativa la ausencia de quien fue presidente del Gobierno de España en el momento de los atentados que conmovieron al mundo. Tal vez haya temido que alguien le pidiera explicaciones acerca de esa mente diabólica de la que se considera víctima.

Como sobre esta cuestión opera “la omertá”, dejémoslo así por el momento: que el 11-M fue obra de algún diablo. Creo que cualquiera que lea las entradas que en mi blog he dedicado al 11-M, verá que hay material más que suficiente para que alguno se decida a pensar por su cuenta y hasta se atreva a ponerle nombre a esa mente diabólica. Por mi parte, puedo añadir que hago míos aquellos célebres versos en los que nuestro insigne Quevedo escribe: 

                   Pues yo te juro, Polo, que deseo
                   ver desde que nací virgos y diablos.
                   Y ni los diablos ni los virgos veo.


©  Copyright José Baena Reigal
Permitida la reproducción citando su procedencia.  


                   






7 comentarios:

  1. En mi opinión narra muchos hechos ciertos pero yerra en la interpretación, y conforme va avanzando y configurando un todo que le permita montar su personal teoría el resultado final se aleja mucho de la realidad.
    Si le puede ayudar para recomponer y situar (todos) los hechos como ocurrieron y encajarles en un tablero:
    http://www.peonesnegroslibres.com/foro/viewtopic.php?f=18&t=4549

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  2. Sus opiniones no me sirven de nada y mucho menos su “tablero” de encaje, entre otras cosas, porque no han variado ni un ápice de las que ya mantenía, con insistencia digna de mejor causa, en el año 2007, mucho antes de que se hiciera pública la inicua sentencia dictada por el juez Gómez Bermúdez.

    Ya entonces, todas sus argumentaciones tendían a validar la Versión Oficial del 11-M sustentada por la Fiscalía del Estado, un mal trabado conjunto de falsedades sin otra finalidad que la de impedir una conclusión razonada y demostrable acerca de la autoría de la mayor masacre terrorista acaecida en la Historia Contemporánea de Europa. Puede sentirse orgulloso de que hasta ahora así lo ha conseguido su numerosa compaña. Pero, aunque le pese, existe muy buen material publicado sobre las supercherías que rodean este tenebroso capítulo de nuestra historia reciente y, por otra parte, en las aportaciones de mi Blog hay elementos más que suficientes para que los historiadores del futuro retomen este maldito embrollo, libres ya de las presiones oficiales que hoy nos atenazan y confunden. Y para mí, eso es suficiente.

    Que como sostén de peso a sus elucubraciones utilice el burdo panfleto tan oportunamente publicado por Fernando Reinares en este décimo aniversario de la masacre es, de por sí argumento suficiente para añadir descrédito a su interese nada claro por seguir mareando la perdiz hasta el Día del Juicio Final. ¿Por cuenta de quién lo hace?

    Para ilustración de esos lectores inteligentes o simplemente curiosos, que a diario acceden a las páginas de mi Blog, he decidido puntualizar adecuadamente su intervención. Por eso, y sin que sirva de precedente, dedico la entrada que sigue a darle cumplida respuesta. No obstante, quiero advertirle que no volveré a permitir ningún otro comentario sobre el 11-M en estas páginas cuyo autor no esté debidamente identificado, con nombre y apellidos.

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  3. Me entusiasma ver estas lúcidas opiniones de alguien que no se conforma con las absurdos limites que imponen el enfermizo bipartidismo, que no hace más que retrasar el conocimiento de la infame masacre del 11M. Hay mucho más que ETA y Aznar y hay muchos bien pagados como los que pululan tan destructivamante por aquí o en sitios tan bien financiados y absurdos como desiertoslejanos.com.
    Mil gracias por estar ahí y se me ocurre recordar:
    pagina 7 de: http://esdpmap.org/pdf/2008_artrel_137_2004_archives_8_nato_notes_v6n2.pdf

    http://www.belt.es/noticias/2004/marzo/18/otan.htm

    http://www.nato.int/cps/en/natolive/news_20894.htm?selectedLocale=en&mode=pressrelease

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  4. Hace tiempo que quiero felicitarte por tu magnífico Blog. Las entradas que has dedicado al 11-M son de lo mejor que he visto sobre este tenebroso asunto. Como complemento al comentario anterior, incluyo dos enlaces que también sirven para enfocar la masacre desde esa perspectiva geoestratégica que mencionas y que, de todas las hipótesis posibles, es la peor. Aunque sirve para explicar lo que nadie ha explicado todavía.

    11-M: Mejor que la verdad no se sepa
    http://www.hispanidad.com/gmez-bermdez-sobre-el-11-m-hay-cosas-tan-graves-que-es-mejor-que-no-s-20111213-147006.html

    http://www.voltairenet.org/article162563.html

    http://www.voltairenet.org/article163327.html#nb19

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  5. Para Carlos María y Caballero de Rodas:

    Gracias por vuestros comentarios. Los artículos a los que remiten vuestros enlaces los conocía y los he tenido en cuenta en mi investigación del 11-M, que ha durado años. A pesar de tener absolutamente descartada la V.O. casi desde el momento mismo de los atentados en los trenes, tardé tiempo en llegar a vislumbrar las razones últimas de tan horrible masacre.

    Hay que ser muy ingenuo para pensar que las maniobras de la OTAN, "coincidentes" con los atentados de Madrid y Londres, cabe atribuirlas a un azar desafortunado. Por el contrario, estoy convencido que pertenecen a lo que yo me he referido como la "complementariedad circular" que es posible detectar en el "orden implicado" por ambos atentados, y que enlazan directamente con la estrategia que se manifiesta abiertamente tras la deflagración de las Torres Gemelas, en septiembre del año 2001.

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  6. ¿Tanta teoría, opiniones y contra-opiniones para qué?
    Nadie investiga el meollo de la cuestión.
    Las cintas de las cámaras de las estaciones SEÑALAN a quienes ejecutaron los atentados.
    ¿Por qué se han ocultado esas cintas?
    ¿Por qué no se han investigado y publicado los resultados?
    Ahí está la clave. Así que dejémosnos de pamplinas

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  7. Pues aplíquese el parche, amigo. Las cintas NO señalan nada, porque las cámaras fueron desconectadas a tiempo, como es más que sabido desde el principio. Y si a lo que se refiere es a esa grabación que lleva corriendo por ahí desde los atentados mismos, aviados estamos. Intoxicación pura y simple, como todo lo que hemos tenido que padecer en este décimo aniversario.

    Ya sabemos todos que no se va a investigar oficialmente el "meollo" de la cuestión, pero deje usted que quien quiera y pueda aporte su visión de la masacre, para que, al menos, quede constancia ante el futuro de que en la España de hoy no todos somos idiotas y que los historiadores del futuro investigen, reflexionen y saquen sus conclusiones, libres de los condicionantes insalvables que padecemos, aunque nosotros ya no estemos en este mundo para verlo.

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