LOS
GRIEGOS RESISTEN EN LAS TERMÓPILAS
La noche del domingo en la Plaza Syntagma |
Monumento a Leónidas en las Termópilas |
El pasado miércoles, 1º de julio, un eminente y querido amigo, catedrático de Filosofía, escribió en su muro de Facebook: “Un requisito básico de todo referéndum (un instrumento básico de la democracia) es que debe saberse con claridad qué se vota. Si yo fuera griego, confieso que, pese a mis esfuerzos, no lo sabría aún. Quizás lo aclaren de aquí al domingo”. [1 de julio a las 23:46]
Yo respondí con lo que sigue: "Que las preguntas sean claras o no
importa un pimiento. Por mayoría votarán lo que Tsipras ha pedido:
"No". Pero eso no significará más que su reforzamiento
ante la opinión pública europea. Creo que la partida está resuelta
desde que Obama llamó a la Merkel. Desde entonces todo me parece un
puro paripé, jugadas de farol por ambas partes. Carnaza para los
periodistas y los reventadores hasta que llegue la votación del
domingo. Y Tsipras se saldrá con la suya en lo fundamental: la
reestructuración de la deuda. Que es lo único razonable que cabe
hacer. [2
de julio a las 0:30]
Alexis Tsipras, primer ministro griego |
Mi
interlocutor insistió: “Si fuera como dices, (y creo que no te
falta razón), considero un grave error hacer de un referéndum una
representación o un instrumento de presión. Estas cosas hay que
tomárselas en serio.[2
de julio a las 0:35]
A
esto contesté: “Tsipras ha tenido que improvisar sobre la marcha.
No podía desconvocar un referéndum para el que ya están impresas
las papeletas. Tampoco el sentido del voto, después de que la Merkel
se negara a cambiar nada hasta después de conocer el resultado de
las urnas, por las mismas razones de prestigio. Pero esta tarde
soplaban otros vientos desde París: Hollande ha pedido que se hagan
concesiones y ha urgido para que se llegue a un acuerdo con Grecia. Y
desde la intervención militar en Libia, Francia es la otra mano que
utiliza Washington cuando se descuelga Alemania” [2
de julio a las 0:47].
“La OTAN representa mucho más y supone una fuerza infinitamente
mayor de lo que la mayoría de la gente se figura. Pero sucede como
con el nombre de Dios en la Edad Media, que sacarlo a discusión
podía costar la hoguera, a la OTAN es mejor no mencionarla siquiera
[2
de julio a las 0:46].
Debo
aclarar que la postura de Washington no es nueva. En el largo
análisis de la crisis griega que publiqué en este mismo Blog el día
8 de febrero, apenas constituido el Gobierno presidido por Tsipras,
dejé escrito: “En una entrevista con el periodista Fareed Zakaria
emitida el pasado domingo, día 1º de febrero, en la cadena CNN, el
presidente de Estados Unidos opinó abiertamente sobre la victoria de
Syriza e insistió en que Brusleas necesita políticas económicas
que permitan el crecimiento porque es “la mejor manera de reducir
el déficit”. Obama cree que la Unión Europea está empeorando la
crisis al "estrujar” con políticas de austeridad a países
que, como Grecia, se encuentran atrapados en una espiral de deuda y
bajo o nulo crecimiento: “Lo que es cierto es que no puedes
continuar estrujando a los países que están en medio de una
recesión”, dijo cuando el entrevistador le preguntó su opinión
sobre los planes económicos del nuevo gobierno griego de Alexis
Tsipras. “Llega un momento en el que tiene que haber una estrategia
de crecimiento que permita (que estos países) puedan pagar sus
deudas y limar parte de su déficit”, dijo quien ha mantenido
durante años ese mismo debate en su país con la oposición
republicana.”
Volviendo
al debate con el que he iniciado esta entrada, quiero transcribir
literalmente la interesante aportación de otro interviniente, porque
la considero alumbradora:
“La
UE se tomó el referéndum de Tsipras como una puñalada por la
espalda, pero desde el minuto uno está haciendo campaña por el “sí”
por tierra, mar y aire. Sin duda, ha visto en él una oportunidad
preciosa para echar a Syriza del gobierno griego. Estoy empezando a
sospechar que le han tendido una trampa a Tsipras, llevando las cosas
hasta el límite en la negociación y sabiendo que el primer ministro
griego se rebelaría (¿no nos acordamos ya del reciente precedente
de Giorgios Papandreu, un político mucho más domesticable?).
“Y
es que la UE gana mucho si gana el referéndum, pero perderá poco si
lo pierde, ya que lo más probable es que haya un acuerdo de mínimos
y un reconocimiento explícito de la necesidad de una quita. Pero
esto ya lo habían descontado las instituciones financieras, y el
anuncio del FMI en ese sentido lo confirma, dando un espaldarazo al
“sí” con un caramelo en medio de tanto aceite de ricino (el
miedo al abismo de retirar el oxígeno del euro a los bancos
griegos).
“En
esta batalla por mantener su posición de liderazgo en la crisis y la
gestión de la deuda, la victoria del “no”, pondría una muralla
infranqueable a los programas europeos de mayores recortes, que
cualquier gobierno griego estaría obligado a respetar. Eso lo saben
los griegos, y lo de menos es cómo esté formulada la pregunta. Lo
que se está jugando aquí es la viabilidad de la vía ecuatoriana
para afrontar la deuda en el seno de la UE, algo que suscita
reacciones de pánico nuclear en Bruselas. Querido A. D., Ortega
padeció la soledad del pensador en una sociedad polarizada: el
pensamiento siempre acaba encontrando razones a favor y en contra de
ambas posturas, y discutirlas es nuestro deber si queremos ser dignos
de la tarea de pensar. Por desgracia, la sociedad griega, y la del
sur de Europa por el camino que vamos, está muy desesperanzada a
causa del vía-crucis sin salida que le han impuesto los acreedores.
A los economistas de las universidades seguro que no, pero a mucha
gente en Grecia ¿no les sonarán a sutilezas bizantinas los
escrúpulos por la pregunta del referéndum? [3
de julio a las 12:36]
Anoche, antes de acostarme, conocí los resultados del referéndum. El “no” ha ganado en
todas las regiones de Grecia. He acertado en mi vaticinio y me alegro
muchísimo. El pueblo griego ha apostado por su libertad, frente a
las presiones y descalificaciones de todo tipo que han sabido
soportar. Desde su pobreza, han dado una lección de dignidad al
Fondo Monetario Internacional, al Banco Central Europeo y a los
gobernantes de la UE, que desde la más vergonzosa de las
injerencias, apostaron por un “sí” humillante a la rendición
incondicional de su soberanía ante los oscuros poderes financieros
que deciden los destinos de nuestro mundo. Los griegos podrán
equivocarse, pero hoy han demostrado que tienen alma, que no es un
pueblo desalmado. Es seguro que deberán atravesar un mar encrespado
para seguir a flote. Pero lo harán con la cabeza alta, tal como
corresponde a su gloriosa Historia, de cuya savia se nutrió Roma y
nació la Cultura Occidental.
En
el verano de 480 a.C., un ejército griego formado por unos 7.000
hombres aproximadamente bloqueó el paso de las Termópilas. El
ejército persa, que conforme a las estimaciones modernas estaría
compuesto por unos 250.000 hombres, llegó al paso a finales de
agosto o a comienzos de septiembre. Enormemente superados en número,
los griegos detuvieron el avance persa durante siete días en total
(incluyendo tres de batalla), antes de que la retaguardia fuera
aniquilada. Los persas atravesaron Beocia y capturaron la ciudad de
Atenas, que previamente había sido evacuada. Sin embargo, buscando
una victoria decisiva sobre la flota persa, la flota griega atacó y
derrotó a los invasores en la batalla de Salamina a finales de ese
mismo año. Temiendo quedar atrapado en Europa, Jerjes se retiró con
la mayor parte de su ejército a Asia, dejando al general Mardonio al
mando del ejército restante para completar la conquista de Grecia.
Al año siguiente, sin embargo, los griegos consiguieron la victoria
decisiva en la batalla de Platea, que puso fin a la invasión persa
que amenazaba con borrar bajo el yugo del despotismo oriental el
concepto mismo de democracia. Sin la salvación de Grecia, la
Civilización Occidental, apenas esbozada, habría sido abortada
antes de nacer.
Tanto
los escritores antiguos como los modernos han utilizado la batalla de
las Termópilas como un ejemplo del poder que puede ejercer sobre una
nación el patriotismo y la defensa de su propio terreno por parte de
un pequeño grupo de combatientes. Hoy. La mayoría del pueblo
griego, que ha refrendado la confianza en su Gobierno, celebrará su
triunfo, aunque mañana tengan todos que apretarse nuevamente el
cinturón para salir adelante.
A
quien no fortalece el masivo “sí” de los griegos es a Rajoy, por
haber cometido la enorme equivocación de identificar mentirosamente
a Syriza con Podemos y a Tsipras con el de la coleta: ¡Menudo
servicio ha prestado Rajoy a Pablito Iglesias y a sus adláteres...!
¡Qué falta de sensibilidad y qué enorme torpeza política! ¿Cómo
es posible que ni siquiera considerase que el “sí” podía
resultar ganador, cuando algunos, con mucha menos información disponible que el Gobierno, ya lo pronosticábamos?
En
cuanto al nuevo espacio negociador que ahora se abre, Francia ya
señaló el camino a seguir antes de que el referéndum griego se
celebrase: el presidente Hollande defenderá que Grecia siga en el euro aunque gane el "no".
Para
celebrar la ocasión he rescatado estas fotos de un inolvidable viaje
que hice a Grecia hace treinta y seis años.
Mi poema “Paso de las Termópilas”, fue incluido en la Antología que publicó en el año 1985 la editorial Ámbito Literario.
Vista de Atenas desde la subida a la Acrópolis |
Ante el Partenón, con treinta y seis años menos... |
El Partenón, símbolo de Grecia y de la Cultura Occidental |
Las columnas dóricas parecen sostener el cielo intensamente azul de Grecia |
El Ágora de Atenas desde los Propíleos de la Acrópolis |
Teatro de Herodes Ático visto desde la Acrópolis |
En Atenas, ante el Museo Nacional |
Mi poema “Paso de las Termópilas”, fue incluido en la Antología que publicó en el año 1985 la editorial Ámbito Literario.
PASO DE LAS TERMÓPILAS
Merecen
recuerdo por su limpio heroísmo
arrogantes
muriendo con disciplina doria.
Nadie
supo en la noche separar osamentas
que
juntas ardieron en la pira de tan famosas horas.
Estos
son los despojos:
Pasa
en silencio, oh viajero,
pues
descansan en la paz en la que acaba el viaje,
son
trescientos cipreses plantados uno a uno,
exageradas
cifras de muertos en combate,
mármol
reciente que consagra estas agrestes peñas
como
atrio legítimo del templo que le ofrecen
los
griegos a la valiente Esparta.
Y
vuelve a mi memoria el alto en el camino,
los
guerreros yacentes y un espléndido bronce
desnudo
de Leónidas
que
mis ojos retienen junto a un nombre:
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