COMED
REPÚBLICA
No
es necesario haber estudiado Historia del Pensamiento Político,
asignatura que impartí hace años en la Universidad de Málaga, para
descubrir la miseria intelectual que padecen todos aquellos que, como
ahora es frecuente por estos pagos, oponen monarquía y democracia
como conceptos antagónicos. La manipulación adquiere tintes de
canallada cuando los que tal confusión alimentan son individuos del
talante de Cayo Lara o del de la coleta, verdaderas sabandijas de un
sistema democrático que detestan, porque su verdadera identificación
está en consonancia con los sistemas totalitarios que, amparados en
la ignorante carroña populista imperante en algunos países
iberoamericanos, terminan enfrentando a todos los defensores del
sistema de libertades civiles con los sicarios armados que los
tiranos de turno promocionan hasta constituirlos en guardia
pretoriana para su personal defensa y la de sus compinches en el desastre nacional.
Por mucho que se mire, no hay diferencias significativas entre los totalitarismos de izquierdas o los de derechas. Todos comparten y explotan la componente irracional o iluminista de los individuos, algo que les asemeja más a los fieles de una secta religiosa que a los miembros de una formación política.
Por mucho que se mire, no hay diferencias significativas entre los totalitarismos de izquierdas o los de derechas. Todos comparten y explotan la componente irracional o iluminista de los individuos, algo que les asemeja más a los fieles de una secta religiosa que a los miembros de una formación política.
Hugo Chávez |
La "troika" de 2014, esperpento histórico |
Entre la praxis política de Fidel Castro, Mussolini, Stalin, Hitler o los actuales ayatolah iraníes existen pocas diferencias, lo cual concuerda con el hecho de que el demagogo de la coleta haya recibido importantes subvenciones del chavismo venezolano y del integrismo chiita que esclaviza a los iraníes desde hace décadas. Resulta más que esperpéntico que todavía existan tantos idiotas capaces de identificar republicanismo con libertad, cuando no hace falta más que mirar a Europa para ver que en las naciones más democráticas, libres, cultas y desarrolladas, la Jefatura del Estado es, precisamente, la monarquía parlamentaria desde hace siglos.
Benito Mussolini |
Fidel Castro |
Egolatría personal y exaltación del liderazgo |
A este respecto, quiero recordar que cuando en la II República ganó las elecciones de 1934 la coalición derechista de la CEDA, capitaneada por Gil.Robles, a los ilusos que pedían nacionalizaciones, subvenciones y repartos imposibles se les dijo desde las altas instancias del poder republicano: “¡Comed República!”.
Por
otra parte, atribuir los males que hoy padecemos a la gestión del
Rey Juan Carlos es tanto como culpar a la monarquía de la Casa de
Orange de que una buena parte de Holanda este por debajo del nivel
del mar. Que el régimen de la Transición haya devenido en fracaso
colectivo solamente es atribuible a que los dos grandes partidos
políticos, así como los nacionalistas de toda laya y hasta el
sursum corda, han terminado siendo terminales de poderes mafiosos,
manipuladores y vergonzantes incrustados en el sistema político.
Algo que seguiría manteniéndose en esa nebulosa III República que
muchos ven como panacea universal de todos los males habidos y por
haber. Y es que, como dejó escrito Goya en uno de sus aguafuertes,
“el sueño de la razón produce monstruos”.
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