Apocalyse Now: la hora de repartir Siria ya está señalada
Los asesores políticos y militares de Obama creen que ha llegado la hora de pasar a la acción directa y asaltar Siria por la fuerza para recoger los beneficios de la sangre derramada durante más de dos años.
Desde
hace al menos tres meses, sabemos que los yihadistas vinculados a
Al-Qaeda se habían propuesto usar gas sarin en Siria, para hacer
recaer la culpabilidad de su utilización en los militares del
Ejército sirio leales al Gobierno de Damasco. Se trata del último
acto de una obra teatral cuidadosamente preparada en la que estaba
previsto utilizar el recurso de la invasión directa si los
yihadistas, entrenados en Turquía y Jordania por la CIA, no
conseguían derrocar al régimen de Damasco.
Al-Qaeda controla la revolución siria:
http://www.elconfidencial.com/mundo/2013-08-19/y-al-qaeda-se-adueno-de-la-revolucion_18882/
Al-Qaeda controla la revolución siria:
http://www.elconfidencial.com/mundo/2013-08-19/y-al-qaeda-se-adueno-de-la-revolucion_18882/
Yihadistas sirios en Alepo |
El Holocausto Sirio para eliminar a El-Assad está cuidadosamente planeado desde hace años, tal como he venido demostrando en las sucesivas entradas que he dedicado en este Blog al conflicto sirio. Los servicios de inteligencia norteamericanos comenzaron a preparar la revolución siria mediante la creación del "Syria Democracy Program", la estrategia secreta elaborada para crear y financiar grupos de oposición que sirvieran como bases operativas para coordinar las actuaciones contra el gobierno de Damasco. A la aportación oficial del Departamento de Estado se agregó el financiamiento secreto de la CIA, a través de una asociación californiana llamada Democracy Council. Finalmente, en mayo de 2012, la OTAN y el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) crearon el “Working Group on Economic Recovery and Development of the Friends of the Syrian People”, bajo la co-presidencia de Alemania y de los Emiratos Árabes Unidos. En el marco de ese grupo, el economista sirio-británico Ossam Al-Kadi elaboró un programa de reparto de las riquezas sirias entre los países miembros de la coalición que sería aplicado a partir del “día siguiente” a la caída del régimen sirio.
En
función de su papel de director principal, Obama cree que ha llegado
el momento adecuado para dar el golpe de gracia y tener vía libre
para construir su oleoducto, diseñado para que lleve el crudo de las
petromonarquías del Golfo hasta el Mediterráneo: el puerto sirio de
Tartús es el lugar elegido para construir la terminal. Luego de
imponer la “Pax Americana” y quedarse sus empresas con el
suculento negocio de la reconstrucción de un territorio devastado,
explotarán en su exclusivo beneficio las enormes bolsas de gas
natural descubiertas en el Mar Mediterráneo, frente a las costas sirias. Como
viene siendo normal, se tratará de una “acción humanitaria”,
otra más, para salvar al pueblo sirio de las garras de Bashar
Al-Assad, a quien la intoxicación propagandística desplegada ha
vestido con los viejos ropajes de Sadam Hussein para convertirlo en
el nuevo “Gran Satán “, con la complicidad de los medios
informativos de la mayor parte de los países occidentales, es decir,
las provincias del Imperio que tienen a Washington como su capital.
Turquía, el Egipto del derrocado Mursi, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes, Jordania (es decir, la flor y nata del islamismo salafista) y, desde Europa, Gran Bretaña y Francia, llevan meses urgiendo a Obama para que dé luz verde al ataque final. Parece que la hora está al caer o ha sonado ya. Después de fulminantes ataques con misiles para “neutralizar” a las Fuerzas Aéreas Sirias, televisados en directo urbi et orbi, la ocupación de Siria por por las tropas de Estados Unidos y sus “aliados”, encabezadas por las de Turquía y Jordania, será un paseo militar de un par de días, tal como pasó en Iraq. El presidente Bashar Al-Assad, su familia, allegados y todos los dirigentes del régimen que puedan escapar a tiempo, buscarán refugio en Irán para no acabar como Sadam Hussein o Muammar El-Gadafi, lo que servirá para “demostrar” al mundo las “amistades peligrosas” del régimen de Bashar Al-Assad y, al mismo tiempo, tener un motivo añadido para intervenir en la cuna el islamismo chiita, la larga aspiración del wahabismo saudí y de sus socios, los Emiratos petroleros del Golfo.
Ejecución de Sadam Hussein |
Cadáver torturado de Muammar El-Gadafi |
Estando
acostumbrados a las mentiras permanentes de los yihadistas para hacer
recaer sus crímenes en las Fuerzas Armadas sirias, parece evidente
que se trata de una falsedad más: ¿Cómo puede nadie creerse que va
a usar armas químicas el Ejército sirio coincidiendo, precisamente,
con la visita de los inspectores de la ONU? Los gobiernos y grupos
vinculados al islamismo salafista están rabiosos porque los Hermanos
Musulmanes han perdido un poder que en Egipto ya tenían en las
manos, y ahora necesitan un golpe teatral que justifique el mismo
tipo de intervención “por razones humanitarias” que ya emplearon
EE.UU. y sus otánicos en Irak y Libia. Así que, por muchas
fotos que inserten nuestros periódicos, esos mismos que jamás han
denunciado el horror diario causado por el terrorismo yihadista en la
tierra siria, no resulta creíble ninguna noticia que provenga de
criminales que llevan años mintiendo con noticias comprobadamente
falsas.
Por
eso, resulta mucho más verosímil la información que ha facilitado
Alexander Lukashevich, portavoz de la Cancillería Rusia,
explicando que el misil con sustancia tóxica fue lanzado hacia los
suburbios del este de Damasco desde la zona que ocupan los
insurgentes.
A
nadie que conozca la permanente utilización de mentiras en la guerra
de intoxicación que vienen utilizando los grupos yihadistas para
ocultar o justificar sus propios crímenes, nadie, repito, puede
creerse que que un Gobierno, por locos y sádicos que sean sus
integrantes, usaría elementos gas sarín en la misma capital en las
que ellos mismos viven, siendo como es, además, que Damasco, a pesar
de los numerosos atentados terroristas que viene padeciendo (o tal
vez por ellos), ha permanecido fiel al régimen de Bashar Al-Assad
hasta el día de hoy. Si encima, el supuesto uso de armas químicas
resulta coincidente con la visita de los inspectores de la ONU a
Siria, es del todo impensable que su Gobierno proceda a utilizar este
tipo de armamento, cuando, encima, el curso último de los combates
les resultaba favorable y, para mayor abundamiento, teniendo la
certeza de que el uso de armas químicas es la excusa que Washington
espera para justificar su ataque.
Alexander Lukashevich |
Los comensales del banquete para festejar el reparto del botín sirio ya están convocados, sin que falte ninguno de verdadera importancia. Los jefes del Estado Mayor de diez países se reunirán en Jordania "en los próximos días" para abordar las consecuencias de la crisis en Siria y su posible cooperación militar, anunció este viernes un portavoz del Ejército jordano, en un comunicado, quien añadió que la cumbre reunirá a Estados Unidos, anfitrión en casa ajena, Jordania, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Canadá, Turquía, Arabia Saudí y Qatar, aunque no especificó la fecha, informa Efe.
"El encuentro dará una oportunidad a los países participantes de discutir asuntos sobre la seguridad regional y las repercusiones de los últimos eventos, especialmente en la crisis siria, además de varios aspectos de la cooperación militar entre esos Estados y Jordania", señaló la nota. En román paladino, que la lista de comensales al banquete ya está elaborada sin vaya a haber sorpresa alguna de última hora.
España, como viene siendo habitual en estos casos, será la convidada de piedra y miserable palanganera del sangriento enjuague, como corresponde a una nación tan secundaria en la estrategia de Washington. Como en Irak, los españoles saldremos del lance pringados, con las manos sucias y sin derecho a recoger del suculento banquete más que las migajas, aunque no descarto que Repsol se lleve algún bocado de los postres.
En
su reciente entrevista con la CNN, el presidente Obama dio a entender
que la intervención en Siria supondría ciertas dificultades, entre
ellas las económicas, para Washington, (¡qué cinismo el de este mequetrefe!), aunque dijo que EE.UU. hará todo lo posible "para
ver al presidente Al-Assad derrocado".
Porque
hoy cobra todavía más valor que entonces, transcribiré un breve
texto que aparece en la entrada que acerca del conflicto sirio
inserté en este Blog hace ocho meses, exactamente el día 20 de
enero de 2012:
“La
guerra civil en Siria ya está decidida aún antes de que se
produzcan los últimos combates –que los habrá y muy duros–
porque las guerras modernas no se ganan sobre el campo de batalla de
las ciudades sino entre las percepciones de las poblaciones. El
centro de gravedad de una guerra, es decir, el hecho decisivo que
altera el curso de la contienda, ya no se consigue mediante una
victoria militar sino haciendo triunfar la percepción de que uno de
los dos bandos va a ganar inevitablemente. El relato de lo que va a
ocurrir se convierte en una autoprofecía que se cumple a favor del
bando que tiene un relato triunfador. Los rebeldes no han ganado
ninguna gran batalla ni conquistado ninguna gran ciudad, pero están
consiguiendo imponer su relato de lo que va a ocurrir: que el régimen
va a caer por la fuerza, mientras que el relato del régimen –que
podrá imponerse a los terroristas jaleados desde el exterior–
comienza a hacer aguas.
“Las
actuaciones militares y diplomáticas de última hora, dentro y fuera
de Siria, se enmarcan en la progresiva asunción del relato y
conducen la guerra civil hacia su fase final en la que ya se conoce
cuál va a ser el ganador y, mientras los bandos se preparan para
librar los últimos combates, todos los actores se preocupan por lo
que pueda ocurrir al día siguiente de la caída del régimen que de
la forma y fecha en que esto sucederá”.
EL
HOLOCAUSTO SIRIO: POR EL BIEN DEL IMPERIO
Atentado con coche bomba en el barrio cristiano de Damasco, en agosto de 2012 |
Nadie
que haya leído mis artículos obre Siria podrá llamarse a engaño,
aún a costa de compartir conmigo la evidencia de constatar la
frialdad inhumana con la que actúan los oscuros poderes que nos
gobiernan, capaces de los mayores crímenes para conseguir sus fines
de decidir sin posibilidad de oposición alguna los destinos de nuestro desgraciado
mundo en aras de sus propios beneficios.
Si
al Comité noruego que concede los Premios Nobel de la Paz le quedara
un poco de vergüenza, buscaría la fórmula para retirar el Premio
Nobel de la Paz, que tan inexplicablemente concedió a Barak Hussein
Obama al comienzo mismo de su primer mandato presidencial.
En
deriva de los acontecimientos del Próximo Oriente era previsible el
papel que en ellos debería desempeñar Obama, desde el mismo momento
en que pronunció en Oslo su discurso cuando le fue entregado el
Premio Nobel de la Paz, en el cual hizo una encendida defensa de la
guerra cuando ésta resulte necesaria como medio para preservar los
intereses de los Estados Unidos: "Me enfrento al mundo como es,
y no puedo obviar las amenazas a las que se enfrenta el pueblo
americano". Por este motivo añadió Obama su convicción de que
"la guerra es necesaria". Como para echarse a temblar, en
boca, nada menos, que de un reciente Premio Nobel de la Paz.
Resulta paradójico que fuera precisamente un gran militar quien ya en los años sesenta pusiera en guardia a los Estados Unidos sobre el peligro del propio complejo militar-industrial estadounidense. Suyas son estas palabras admonitorias prnunciadas en un discurso al final de su mandato: “En las asambleas parlamentarias hemos de guardarnos del crecimiento de influencia, tanto patente como oculta, del complejo militar-industrial. El riesgo de que un poder en manos de personas equivocadas crezca desastrosamente existe, y seguirá existiendo también en el futuro. No hemos de permitir nunca que el peso de esta mezcla de poderes ponga en peligro nuestras libertades o los procesos democráticos. Y tampoco hemos de dar nada por descontado: solo los ciudadanos vigilantes y bien informados pueden imponer la equidistancia entre la enorme máquina militar-industrial y nuestros métodos y objetivos pacíficos, para que la seguridad y la libertad puedan prosperar juntos”.
Eisenhower
y el poder de las armas:
Era
el 17 de enero de 1961 cuando Dwigth David Eisenhower, presidente
número treinta y cuatro de los Estados Unidos, ya casi al final de
su mandato, pronunció este discurso. Fue la primera vez que se
utilizó la expresión “complejo militar-industrial”, para
indicar un conglomerado de intereses en condiciones de influir en la
política interna e internacional de los Estados Unidos de América.
Han pasado decenios, pero aquellas palabras parecen más actuales que
nunca. Afganistán, Irak, de inmediato Siria y previsiblemente en un
próximo futuro también Irán… Somos ya muchos los que advertimos
las desastrosas consecuencias de la agresiva política exterior
norteamericana derivada fundamentalmente de los intereses del
complejo militar-industrial norteamericano, que sumados a los
derivados del negocio del petróleo, sostienen la economía de la
primera superpotencia global de los peligros del incremento de la
Deuda, que rozan un impago que resultaría catastrófico para la
economía mundial, que bajo el segundo mandato de Obama ha alcanzado el astronómico techo de dieciséis millones de dólares.
No
es preciso se experto en Teoría o Política Económica para saber
que a más guerras, más negocios o, usar las palabras de aquel actor
de inolvidable memoria que fue Alberto Sordi, que “mientras haya
guerra habrá esperanza”.
En
mi novela “El fuego de San Telmo”, cuya primera edición fue
publicada en 2001, meses antes de los atentados en la Torres Gemelas
del 11 de septiembre, puse en boca de uno de sus personales, un viejo
y sabio sacerdote, las siguientes y casi proféticas palabras:
“Me parece un despropósito imaginar el advenimiento de un gobernante universal o gobierno mundial que convierta nuestro actual maremágnum en un paisaje idílico donde dejen de existir peleas y todos nos llevemos divinamente. Pero si un gobierno de tipo mundial se impusiera, lo conseguiría en base a la represión y a la fuerza, utilizando la perversión informativa para, encima, hacernos creer lo inevitable del proceso, esto es, que lo blanco es negro. Algo parecido a lo que ocurrió en la Alemania nazi...”
“Tal
vez podríamos expresarlo ̵ hablaba
nuevamente el cura ̵ diciendo que el fin no se impondrá como un
caos, como si, por ejemplo, una pluralidad de potencias cayeran unas
sobre otras produciendo una ruptura general de las estructuras, sino
que al final se alza una configuración de domino equipada con un
enorme poder que, sin embargo, no fundamenta un orden legítimo. La
representación de un ámbito social todo puede incluso funcionar de
maravilla, técnicamente hablando, desde la producción de bienes de
consumo hasta la sanidad y que, sin embargo, es puro desorden...”
“Me parece un despropósito imaginar el advenimiento de un gobernante universal o gobierno mundial que convierta nuestro actual maremágnum en un paisaje idílico donde dejen de existir peleas y todos nos llevemos divinamente. Pero si un gobierno de tipo mundial se impusiera, lo conseguiría en base a la represión y a la fuerza, utilizando la perversión informativa para, encima, hacernos creer lo inevitable del proceso, esto es, que lo blanco es negro. Algo parecido a lo que ocurrió en la Alemania nazi...”
EL
FUEGO DE SAN TELMO. Novela de José Baena
Prólogo
a la edición especial, por Annunziata O. Campa, de la Universidad de
Pisa
Más
que personaje del novelista Erich Maria Remarque, autor del alegato
pacifista que constituye su novela “Sin novedad en el frente”,
Barak Obama muestra con mayor claridad cada día que pasa su
verdadero rostro, ya perfectamente dibujado por Orwell en su genial
novela "1984": estamos ante la mejor réplica del Gran Hermano.
© Copyright José Baena Reigal
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