"LA
VIDA DE LOS OTROS"
O ESPIONAJE A LA ESPAÑOLA
El comentario que
transcribiré a continuación acerca de las cloacas del Estado es,
nada menos, que de Sir Wiston Churchill, quien nos dejó escrito con
su estilo inimitable lo que sigue:
“Complot y
contra-complot, engaño y traición, doblez y triple doblez, agentes
verdaderos, agentes falsos, oro y acero, la bomba, el puñal y el
pelotón de ejecución, todo ello entretejido para formar una trama:
increíble pero verdadero. Los oficiales de alta graduación del
Servicio Secreto se deleitan buceando en estas aguas subterráneas y
prosiguiendo su trabajo con una fría y silenciosa pasión...”
Por lo que estamos
conociendo gracias al abundante goteo informativo que la prensa publica un día sí y el otro también, la agencia Método
3 viene actuando impunemente en España desde hace más de una década
y sus responsables máximos, según hemos sabido, han estado muy bien
relacionados con los más altos responsables del Ministerio del
Interior desde los tiempos de Rubalcaba. Después de haber
investigado a políticos, empresarios, jueces, fiscales y a medio
mundo, ¿cabe pensar que el CNI no tenía noticia de esta agencia,
quiénes eran sus componentes, a qué se dedicaban y hasta el
contenido exacto de todos los informes realizados y guardados? Absolutamente impensable. Solo el conocimiento y la aceptación tácita de las
actividades clandestinas de la agencia M3 explica que sus actividades
se hayan venido manteniendo durante años sin ninguna intervención
para poner fin a sus desmanes. ¿No será que los detectives de
Método 3 han venido trabajando bajo el amparo o en colaboración con los servicios
secretos del Estado? Y todavía más, ¿acaso somos tan idiotas como
para no pensar que la propia agencia M3 no sea uno de los múltiples
tentáculos operativos que utilizan las propias cloacas de Estado
para trabajar a la luz del día sin dejar huellas visibles de quienes
deciden en última instancia los personajes que serán investigados,
guardándose las espaldas en caso de ser descubiertas sus actividades?
Si esto fuese así, y a
mí me parece que lo es, jamás sabremos el contenido de esas decenas
de cajas llenas de documentos confiscadas por la policía en las
dependencias de la agencia Método 3, ni la verdad acerca de qué
voluntades e intenciones se esconden tras ese sistema de espionaje con tintes
mafiosos que tanto alarma hoy a la opinión pública y, sobre todo,
al menos teatralmente, a los políticos afectados por seguimientos y
escuchas.
Y digo “teatralmente”, porque responsables muy
cualificados de los principales partidos han sido, al mismo tiempo,
espías y espiados. El conocimiento mutuo de los asuntos turbios en
los que aparecen involucrados muchos de los miembros más encumbrados
de la nación es la mejor garantía para que sus miserias no salgan
nunca a la luz, ya que el desprestigio afectaría a toda la casta
detentadora del poder durante los últimos diez o quince años. Por
eso, estoy convencido de que el oscuro fondo que se vislumbra tras esta
red de espionaje particular, tan “a la española” por su cutrez,
no la conoceremos nunca.
Hay que tener muy en
cuenta que los altos poderes que gobiernan el reino de las cloacas no
podemos clasificarlos en ninguna categoría formalmente establecida.
Pertenecen a un ejército de sombras cuya identidad es raras veces
demostrable, porque utilizan todos los recursos de que disponen, que
son inimaginables, para pasar desapercibidos o hacerse visibles,
según les convenga. Entre otras cosas, son especialistas en la
información/desinformación, para la que reciben un adiestramiento
permanente con las técnicas más sofisticadas. Ahí radica su poder
para la extorsión a quienes convenga y para procurarse alianzas y
complicidades que, de otra forma, no podrían conseguir. Otra de sus
capacidades operativas está en la fabricación de pruebas falsas
para todo lo que les exija el guión, que en este mundo se denomina
“el juego”.
No nos engañemos. Sin
tener en cuenta las actuaciones de los poderes que se mueven en el
“mundo subterráneo”, no es posible explicar casi nada de lo
acontecido en España desde el asesinato de Carrero Blanco, pasando
por el “Informe Crillon” sobre Mario Conde, el pinchazo de los
teléfonos del Rey, la operación contra Pedro J. Ramírez, el
chivatazo de del caso Faisán y, desde luego, los dos acontecimientos
más decisivos, por sus nefastas consecuencias, de la historia
reciente española: el fallido golpe de Estado del 23 de febrero de
1981 y la masacre falsamente islamista llevada a cabo en los trenes
de cercanías de Madrid el 11 de marzo de 2004.
No hay comentarios:
Publicar un comentario